Cueros: gobierno apostó al "agregado de valor"
La industria curtidora nacional ha conseguido a través de un trabajo persistente -con importantes inversiones en equipos, tecnología, capacitación y marketing-, desarrollar un producto de calidad, cuero vacuno industrializado, que se exporta a más de 50 países por valores que superan los 950 millones de dólares anuales.
Requerimientos
La Cámara de la Industria Curtidora Argentina (CICA) en reiteradas oportunidades ha insistido en la necesidad de la participación de todos los actores que integran la cadena de valor del cuero. El trabajo conjunto eliminará las inconsistentes diferencias existentes entre sectores. Otros países, como Brasil o Australia, lo están logrando y en lugar de desgastarse en inútiles esfuerzos y discusiones se han unido para satisfacer al cliente. Imagine-mos la fuerza y los resultados que pueden conseguirse en la Argentina con el máximo aprovechamiento de la materia prima, trabajando productores ganaderos, transportistas, frigoríficos, industriales curtidores y manufactureros del cuero, con un único objetivo, obtener la mejor calidad de un producto competitivo. La integración es posible y algunos ya lo hicieron, hay frigoríficos que exportan cueros curtidos y curtidores que realizan manufacturas. No cabe duda de que si coincidimos en ese objetivo, juntos avanzaremos y creceremos.
La escasez de cuero a nivel internacional ha motivado acciones en el mercado mundial para alentar la producción con valor agregado, partiendo del estímulo para las industrias locales. Esta situación ha profundizado la disputa por el cuero disponible y generado, por ejemplo, en la Argentina un récord de exportación de cueros sin procesar.
La decisión del gobierno de instrumentar medidas a favor de las exportaciones industrializas y la de mantener el régimen de derecho de exportación (5%) -en Brasil es de 9%- sobre los cueros salados y wet blue, resultan acordes con la tendencia mun-dial: producir con más valor agregado.
Debate inaceptable
La simple suposición de exportar cueros salados o wet blue (mínimo proceso), que tan sólo aportaría al país un 30% de las divisas que genera el cuero industrializado actualmente, nos traslada a épocas que sólo pueden compartirse en los libros de historia.
La realidad nos exige asumir compromisos y trabajar seriamente. Evitando errores, nuestros productores e industriales frigoríficos mejorarán su calidad, promocionarán sus virtudes y venderán más carne al exterior, entonces habrá más cueros para la industria. Recreando las condiciones de competitividad, también nuestras fábricas de calzado y marroquinería generarán más negocios y producción con aun más valor agregado.
El riesgo para cualquier empresa existe, pero mayor será para la Nación si no unimos nuestros esfuerzos en objetivos concretos de crecimiento.
Debemos apurarnos en la toma de decisiones, el tiempo como país, desde hace mucho, corre en nuestra contra.
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