En nuestro país disminuiría 50% el área dedicada a la siembra de colza o canola. Este año se sembrarían alrededor de 7.200 hectáreas, contra las 14.100 hectáreas utilizadas el año pasado para este cultivo. En tanto,. Con esta abrupta disminución del área por sembrarse con colza, queda en evidencia que los productores buscan la rentabilidad de sus inversiones con productos más sencillos en su comercialización. Muchos opinan, también, que la canola ha sido una víctima más del aumento de la siembra de la vedette de los granos: la soja. Muy lejos estamos de las cifras de producción récord del ciclo 1991/'92, cuando se cosecharon 57.070 toneladas de colza.
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Y todo esto está ocurriendo a pesar de que la canola ofrece ventajas con respecto a otros granos. Uno de ellas son los buenos rindes por hectárea que se venían obteniendo, con la utilización de semillas de excelente calidad. Otra ventaja es que es un cultivo apto para zonas marginales, obteniéndose buenos resultados en campos de secano (sin riego artificial). Otro beneficio que genera es que es una oleaginosa de invierno, y en nuestro país la cosecha se produce a contraestación de los demás países productores, originándose así mejores valores en la comercialización.
«La colza va en el mismo camino que el lino, el alpiste y otros», comentaba un productor. Y exactamente en la comercialización está el gran motivo por el cual los chacareros nacionales dejaron de sembrar canola. Porque no existe prácticamente consumo interno y lo producido solamente se podría vender al extranjero. Pero con el escaso volumen que produce la Argentina, no hay compradores que quieran arriesgarse a adquirir colza en nuestro país. Ya ocurrió años anteriores, que algún exportador se asoció con una fábrica y un semillero, intentando cerrar el circulo de producción, elaboración y exportación. Pero todos los esfuerzos realizados fueron en vano, ya que a los productores no les han quedado buenos recuerdos de esas épocas.
• Obstáculos
Existieron problemas en cuanto a la calidad comercial de recibo, inconvenientes de logística en la carga de camiones y por momentos, falta de compradores.
Y como decíamos con anterioridad, el productor argentino busca negocios que resulten favorables, con la menor ocurrencia de problemas. Otra ventaja que años atrás aprovechaban los camioneros era que la colza se cosecha en octubre/noviembre, época donde hay escaso trabajo, haciendo que los transportistas tuvieran que viajar con sus cargas a las fábricas de aceite.
De esta forma los industriales también aprovechaban esta situación, disminuyendo su capacidad ociosa.
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