Con preocupación se difundió por los escritorios de los corredores internacionales de granos la noticia que indicaba que Brasil habría comprado trigo de orígenes extra Mercosur, fuera de las habituales adquisiciones que viene realizando en la Argentina. Por las confirmaciones que llegaron a nuestro país, los brasileños cerraron negocios de trigo con Rusia por 100.000 toneladas, con Estados Unidos por 50.000 toneladas y con Polonia por 270.000 toneladas. A pesar de que en algunos casos -como el trigo americano- resulta ser un poco más caro que el trigo argentino, los negocios se realizaron igual.
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Y lo sorprendente es que los contratos fueron hechos por empresas exportadoras WP con «fuerte presencia» en nuestro país. Esto trajo cierto malestar en las filas de las autoridades nacionales, ya que la Argentina todavía tiene saldo exportable de trigo y cantidad suficiente como para abastecer a los industriales cariocas. Nuestro país tuvo una producción de aproximadamente 12 millones de toneladas de trigo. Como consume 5 millones de toneladas, quedaría un saldo exportable de 7 millones de toneladas. Hasta la fecha, se ha vendido al extranjero un total de 3.900.000 toneladas del cereal, de las cuales Brasil compró 3.050.000 toneladas.
El vecino país consume entre 8 a 9 millones de toneladas de trigo.
Descontando su producción, necesitaría importar este año casi 7 millones de toneladas. Con lo que ya adquirió en la Argentina, le faltaría comprar 4 millones de toneladas, cifra que nuestro país -hasta este momento- podría vender sin ningún tipo de inconvenientes y sin crear trastornos al consumo interno argentino. Y, por lo visto, las presiones ejercidas por los lobbies formados por los industriales molineros brasileños han dado su fruto. Recordemos que hace bastante tiempo vienen presionando a las autoridades de su país para que se derogara el arancel extra región (11,5%), para así tener vía libre para poder comprar trigo de cualquier origen. «Para conseguir un comprador de importación, se tarda años, pero, para perderlo, sólo días...», comentaba un experimentado operador de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Y esto es lo peor de la situación. Porque es correcto que este año la Argentina produjo poco trigo, y este hecho generó preocupación en los países importadores del cereal. Pero, si el próximo año nuestro país vuelve a producir las cifras históricas (alrededor de 15 millones de toneladas), será muy difícil volver a ganar un mercado tan importante para la Argentina como es Brasil. Algunos operadores dicen que estas compras son una demostración de fortaleza de los vecinos ante los continuos escarceos realizados por los exportadores argentinos, quienes dilatan -más de lo aconsejable- las ofertas y concreciones de negocios.
• Responsabilidades
En tanto, los exportadores les cargan la culpa a los productores, porque no quieren vender el cereal. También el haber comprado en otros orígenes hace que muchos vendedores vean in situ que la Argentina no es el único abastecedor de trigo del mundo, teniendo que competir con otros países vendedores que hacen las cosas con más responsabilidad.
Debemos considerar que aún nuestro país tiene una asignatura pendiente que es la clasificación de la calidad de los trigos y la producción de variedades específicas, con altos contenidos proteicos y de gluten. Y, cuando ocurren estas cosas, muchos empresarios que comercializan dentro del marco del Mercosur se preguntan cómo continuará la salud de este acuerdo multilateral de comercio. Quizá sea el momento para que las autoridades de ambos países se sienten a dialogar para delinear políticas que ayuden a evitar que ocurran estas cosas, que no le hacen nada bien al comercio de la región.
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