Ali Ahamada, el arquero de Toulouse, tuvo su tarde soñada el último fin de semana al convertir un gol de cabeza en el quinto minuto de descuento.
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El guardametas fue a buscar el último centro del partido cuando su equipo caía 2-1 ante Rennes. La pelota, casi frontal al arco, sobrepasó la línea de la defensa y cayó entre el último defensor y el arquero visitante. Allí, antes que pique, apareció Ahamada para, de espaldas al arco, conectar un cabezazo inapelable y decretar el 2 a 2 final.
En Argentina, el antecedente más cercano se remite a 1996, cuando Carlos Bossio anotó, también de cabeza, para que Estudiantes le igualara 1-1 a Racing, en Avellaneda.
Historias de arqueros que se salen del libreto de las atajadas y se convierten en héroes por sus goles.
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