Hazaña de River en el Monumental
-
Se complicó la llegada de Paredes a Boca
-
Estudiantes y Vélez disputan esta noche la Supercopa Internacional: horario, TV y formaciones

El árbitro paraguayo Carlos Amarilla, de pésima labor por su corte localista, expulsó a tres jugadores: Federico Lussenhoff (12m.ST) y Oscar Ahumada (27.ST) en River y Ze Roberto (34m.PT) en la visita.
Botafogo interpretó con inteligencia el clima hostil que imperaba en el Monumental y golpeó en forma certera en la primera llegada al área de Juan Pablo Carrizo, con una buena jugada asociada que culminó Lucio Flavio con un remate cruzado.
Para River era la insinuación de una noche futbolísticamente dramática, ya que venía de perder 1 a 0 en Brasil, y que tuvo su primera manifestación en una ocasión insólitamente perdida por un errático Ariel Ortega en los primeros minutos de juego.
La seguridad que mostró Botafogo en la marcación y el manejo de la pelota durante el pasaje inicial, constrastaba con el frenético andar de los locales.
Un cabezazo preciso del colombiano marcó el empate parcial y enseguida el primer error arbitral con la expulsión de Ze Roberto le devolvió las esperanzas al conjunto del cuestionado Passarella.
El partido transcurría íntegramente en el campo brasileño, con un River que lanzaba centros en forma constante hacia el área rival pero que no lograba concretar las situaciones por falta de tranquilidad.
La expulsión de Lussenhoff, de mal partido, oscureció todavía más el panorama y el 2-1 de Dodó terminó de teñirlo todo de negro, como la camiseta de los cariocas.
Al compás de los insultos River sufría malas noticias y Ahumada dejaba la cancha por una patada desubicada contra un rival cuando Botafogo creía controlarlo todo.
En un ataque desesperado, River encontró el empate parcial con otra guapeza de Falcao García y poco después una ventaja por intermedio de Ríos, que volvió a encaminarlo de cara a la hazaña.
Los diez minutos finales, con Passarella descontrolado al borde de la cancha, se jugaron con el dramatismo que caracterizó toda la noche.
Botafogo, asustado, se refugió cerca del arco de Max.
River, envalentonado, tiraba centros, centros y más centros.
Y en uno de ellos, ya en tiempo de descuento, Falcao García saltó con optimismo y conectó un frentazo que se incrustó en la red y tuvo como caja de resonancia un estallido popular como hacía tiempo no se escuchaba por Núñez.
Así, River, envuelto en una crisis futbolística e institucional, consiguió una hazaña que salvó la figura de su entrenador y renueva la esperanza ante la proximidad del superclásico.
Dejá tu comentario