Con el triunfo del seleccionado argentino de rugby, ayer, no sólo se abatió a Irlanda sino que, además, se clasificó para los cuartos de final del Campeonato del Mundo. Todo un logro: Los Pumas vencieron en esta etapa a dos equipos del máximo nivel (del exclusivo torneo de las 5 naciones), van invictos y han puesto de moda -tuvo el partido un récord de audiencia televisiva- a un deporte que en el país ya aceptó no ser amateur (allí, tal vez, resida su nueva figuración internacional). Y, sobre todo, hace popular un ejercicio colectivo, de equipo, con técnicos que no pretenden ser más que sus jugadores al tiempo que éstos tampoco se envanecen con el exagerado estrellato. Nada que ver con otros deportes más populares y que, en alguna medida, tanta adhesión personalista impusieron en la Argentina. Este sí, al menos, parece un cambio. También, para el interés general, nada de esta práctica se vincula con el oficialismo o con la oposición.
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