Parecía que lo tenía Barcelona pero Arsenal le sacó un empate

Cesc Fábregas intenta sacarle la pelota a Lionel Messi.

El Barcelona y el Arsenal empataron 2-2 en Londres, en partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, y se jugarán el pase a semifinales del torneo continental en la vuelta.

El sueco Zlatan Ibrahimovic adelantó a su equipo con sus dos tantos (46, 59), pero Theo Walcott (69) y Cesc Fábregas de penal (85), equilibraron el encuentro, en un partido en que el equipo catalán terminó en inferioridad numérica por expulsión de Carlos Puyol en la jugada del empate.

Fábregas, autor de ese segundo tanto, recayó de la lesión que sufrió el pasado sábado, que había puesto en duda su participación en el encuentro, y terminó el partido cojeando y sin poder correr.

Los azulgrana mantuvieron el control del balón durante buena parte del partido, mientras los locales trataban de contener sus avances en su campo, dejando solos delante a sus delanteros Andrei Arshavin y el danés Nicklas Bendtner.

En los últimos minutos de la primera parte, el Arsenal adelantó su presión frenando al Barça, pero apenas comenzado el segundo tiempo, recibió un mazazo con el primer tanto de Ibrahimovic.

Ibrahimovic aprovechó un pase largo de su compañero Gerard Piqué para al primer toque soltar una gran vaselina ante la que nada pudo hacer el portero español Almunia, en una mala salida (46).

El sueco volvería a marcar tras recibir un pase de Xavi Hernández, soltando un tiro que se coló por la escuadra izquierda de Almunia (59).

Con el 2-0 en el marcador, el entrenador francés del Arsenal, Arsene Wenger, decidió dar entrada a Theo Walcott por Bacari Sagna (66) buscando velocidad en una apuesta que dio resultado.

El lateral derecho inglés apenas entrado en el terreno de juego consiguió ganarle la espalda a la defensa barcelonista, yéndose por velocidad hasta soltar un tiro ante el que nada pudo hacer Víctor Valdés (69).

El tanto dio alas al Arsenal que se fue en busca del empate, que llegó cuando Fábregas transformó un penal cometido sobre él mismo por Carles Puyol (85), dejando todo abierto para la vuelta en Barcelona.