Portugal y Francia, en la otra semifinal

Portugal buscará hoy una victoria histórica en Munich en las semifinales del Mundial, ante una Francia que renació del descrédito para eliminar al poderoso y favorito Brasil y mostrar que tiene argumentos para seguir sorprendiendo.

El seleccionado portugués, dirigido por el brasileño Luiz Felipe Scolari, tuvo dos verdaderas batallas -ante Holanda en octavos de final y ante Inglaterra en cuartos- para disputar un pasaje a la final mundialista, hazaña que aún no ha conseguido en toda su historia.

En contrapartida, el equipo de Raymond Domenech superó con sacrifico la primera fase para después atropellar a dos «poderosos» en su campaña, eliminando primero a España y luego a un impotente Brasil para pulverizar definitivamente la desconfianza que persistía sobre el plantel.

En su mejor campaña, en 1966, Portugal terminó en el tercer lugar del torneo, pero ahora los franceses quieren consolidar ante los lusitanos su marcha a su segunda corona mundial. Por eso para los hombres de Scolari, una victoria ante Francia marcaría un hito en la historia del fútbol del pequeño país.

La presencia de Portugal en el penúltimo capítulo mundialista, de cara a la final del 9 de julio en Berlín, confirma lo mostrado por el equipo en las eliminatorias europeas.

Francia, por su parte, clasificó en el último suspiro y no faltó quien apostara a que no pasaría de la primera ronda, pero el grupo de Zinedine Zidane, Fabien Barthez, Thierry Henry y compañía decidió que era necesario crecer en los partidos decisivos, y hacerlo de forma convincente.

Se trata de dos equipos que pocos esperaban ver en una cancha decidiendo un pasaje a la final del Mundial, pero que no han dejado ninguna duda sobre sus méritos para llegar a esa instancia.

Para enfrentar a Francia, Scolari tendrá el retorno del mediocampista Deco, quien no actuó ante Inglaterra por la expulsión ante Holanda, para jugar junto a Figo, y con ellos Portugal se vuelve un conjunto con un mediocampo capaz de atemorizar a cualquiera.

En contrapartida, Francia tendrá el talento de Zidane, un jugador incuestionable que el pasado sábado prácticamente desmontó solo el andamiaje brasileño, con su inigualable visión de juego y sus electrizantes lanzamientos a Henry y al sorprendente Franck Ribéry.