Quién podía imaginarse que luego del gran primer tiempo que jugó ante Boca, que luego del contundente triunfo que se trajo el jueves de Chile por la Mercosur, River podría llegar apenas a un empate ante Banfield.
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Las diferencias de nombres y de jerarquía entra ambos equipos (a pesar del 1 a 1) son notorias. Sin embargo esto sólo quedó reflejado en algunos pasajes del primer tiempo.
Banfield, con su pobreza a cuestas, sufriendo las ausencias de Cervera y «Garrafa» Sánchez se quedó con un punto a fuerza de temple e insistencia, porque de fútbol no mostró absolutamente nada.
River tampoco desplegó un buen volumen de juego y si bien pudo haber definido el partido a su favor en el primer tiempo pagó caro su falta de definición.
Un par de gambetas de Ortega terminó con un cabezazo de Cavenaghi en la red. Parecía que todo le iba a ser más fácil porque seguía generando jugadas de gol y porque Banfield no inquietaba.
Luego el partido sufrió un vuelco cuando Luccheti le contuvo un penal a Ortega. A partir de ese momento River se descontroló y Banfield se fue decidido a buscar el empate. Sin orden, sin claridad, pero con convicción y con los desbordes de Barraza y el despliegue incansable de Del Río fue encerrando a su rival en su propio campo. Es verdad que no tuvo muchas situaciones claras en todo el partido: apenas cuatro. No obstante fue suficiente que faltando 9 minutos para el final un tiro libre de Del Río pegara en Ayala para establecer el empate final.
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