30 de enero 2006 - 00:00

River empezó pisando fuerte en el Clausura

DanielMontenegrofesteja elprimer golde Riverque«arrasó»con undébil TiroFederal ycomenzó eltorneoAperturacon unresultadoamplio a sufavor. Eldelanterofue una delas figuras.
Daniel Montenegro festeja el primer gol de River que «arrasó» con un débil Tiro Federal y comenzó el torneo Apertura con un resultado amplio a su favor. El delantero fue una de las figuras.
Cómo cambió River. Desde la llegada de Daniel Passarella es un equipo demoledor que presiona para recuperar la pelota en la mitad de la cancha y cuando la consigue ataca con muchas variantes y ambición.

Su víctima de ayer fue Tiro Federal. Un equipo inocente con un técnico chileno debutante (Oscar Del Solar) que planteó el partido de igual a igual y con una defensa de tres jugadores por lo que terminó suicidándose.

El partido como tal, duró sólo 3 minutos hasta que Montenegro superó con facilidad a Luna y derrotó a Vivaldo. Allí River se dio cuenta de su superioridad y la puso de manifiesto buscando permanentemente el ataque. El colombiano Jairo Patiño (al que Merlo había pedido que transfirieran) jugó en la posición de Marcelo Gallardoy no hizo sentir su ausencia. River fue un equipo agresivo que presionó sobre el rival en tres cuarto de cancha y no perdonó los errores defensivos. En 20 minutos ganaba 3 a 0, después que Patiño convirtiera el segundo gol con un gran remate de 20 metros y que Jonathan Santana de cabeza ante la pasividad de la defensa de Tiro Federal, conectara un centro de Zapata.

Ahumada como eje defensivo en la mitad de la cancha, Santana por derecha y Zapata por izquierda con obligación de atacar y defender por su franja y Patiño libre para asociarse con cualquiera de los tres fue el esquema que adoptó Passarella para prácticamente « monopolizar» la pelota. Antes del final del primer tiempo, ya Montenegro había marcado el cuarto y el debutante Augusto Fernández había reemplazado a Santana golpeado, para preservarlo.

Tiro Federal cambió su esquema en el segundo tiempo. Armó una línea de cuatro en defensa, sacó un delantero y puso un mediocampista para tratar de trabar la pelota en el mediocampo. Aunque los cambios no produjeron ningún efecto y River siguió dominando a voluntad, hubo un solo gol (el de Farías cuando ya lo cambiaban por Figueroa) porque River redujo su ritmo y graduó sus fuerzas pensando en sus próximos partidos.

Por eso
ganó nada más que 5 a 0, porque si seguía presionando el resultado podía haber llegado a los dos dígitos. Este es un nuevo River, casi con los mismos jugadores pero distinto. Con otra mentalidad, con otra ambición y con una contundencia desconocida en jugadores que antes les costaba mucho marcar un gol.

Dejá tu comentario

Te puede interesar