En un partido con muchos incidentes, Vélez consiguió casi su pase a los cuartos de final de la Copa Libertadores de América al derrotar a Newell's en Rosario en forma contundente.
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El encuentro debió ser suspendido en dos oportunidades, y el entretiempo duró casi media hora debido a un intento de agresión de un grupo de barras bravas de Newell's a los jugadores de Vélez cuando volvían al vestuario al término del primer tiempo. En la segunda etapa, el juego debió detenerse ya que el público local no soportó que su equipo fuera derrotado y tiró toda clase de proyectiles a la cancha. En lo futbolístico, Vélez basó su triunfo en la habilidad y velocidad de sus dos jóvenes delanteros, Ereros y Mauro Zárate, y en un férreo trabajo defensivo para impedir ser dominado por Newell's.
Los rosarinos forcejearon más que lo que jugaron y por eso no pudieron sacar provecho de la capacidad de sus delanteros.
Es cierto que Vélez contó con dos penales insólitos: el primero cobrado por Elizondo por una inexistente falta de Husaín a Pellegrino, y el segundo marcado por el juez asistente Rodolfo Otero, por mano intencional de Peralta que el árbitro no había apreciado.
También es cierto que Vélez jugó más de 30 minutos con un hombre menos por la tonta expulsión de Mauro Zárate, por doble amonestación: la primera, por arrojar el balón lejos; y la segunda, por una mano intencional.
Vélez demostró ser un equipo maduro, templado para este tipo de enfrentamientos, que no se amedrenta ante circunstancias adversas y por eso sigue su camino muy firme en esta Copa Libertadores de América.
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