Autos: se frena venta por puja con precios
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«No hay nada escrito pero es lógico pensar que por este año no habrá aumentos porque el gobierno quiere que los precios de los autos en 2006 no superen a la inflación. Por eso es muy poco lo que se podrían subir», agregó. El análisis surge de la previsión oficial sobre el costo de vida para este año que está proyectado entre 8% y 11%.
El problema de esta puja es que tradicionalmente los consumidores postergan su decisión de compra cuando surgen comentarios sobre posibles rebajas con el propósito de beneficiarse con el descuento y esto impacta directamente en las concesionarias.
Pero a esto se suman dos datos importantes. Al tener un horizonte estable en materia de precios para los próximos meses, los fabricantes de autos estiman que habrá un cambio en el comportamiento del consumo.
«La gente ahora como sabe que los precios no van a aumentar puede decidir las compras con más tranquilidad. Eso puede hacer que la demanda baje en los próximos meses porque además los consumidores pueden pensar que seguirán bajando los precios», explicó un empresario del sector.
La preocupación del directivo se debe a que será clave el dato de inflación de julio. «Si el costo de vida de este mes es más alto que lo esperado por el gobierno, quién puede asegurar que no quieran que bajemos más los precios. Los consumidores, en estos casos, siempre prefieren esperar», agregó.
El otro dato importante es que esta reducción de los valores, en un mercado tan competitivo, hace que las empresastengan que revisar sus cálculos para seguir siendo rentables.
Según fuentes del sector, el aumento de costos obliga a que los precios, en lugar de bajar, aumenten.
«La suba de los insumos como el plástico, por el alza del petróleo, es permanente. Lo mismo sucede con la chapa. Además en los últimos meses se dieron reajustes salarialesde 15% a 20%. Y esto de alguna manera tiene que impactar en el precio. En cambio, ahora tenemos que bajarlos», reflexionó otro directivo.
Con este panorama, algunos empresarios creen que el cambio de comportamiento en el consumo podría modificar los planes de fabricación con consecuencias laborales como la eliminación de los dobles turnos de producción y la suspensión de las horas extras.
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