5 de noviembre 2020 - 00:00

Diálogos de Wall Street

No hay decisión electoral en Washington, pero abundan las definiciones económicas en Wall Street. Le preguntamos a Gordon Gekko cuáles son las conclusiones que explican los fuertes saltos en las pizarras.

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Periodista: ¿Trump o Biden? El escrutinio avanza muy lento, y no hay una definición todavía. Wall Street, sin embargo, no se reserva el derecho de opinión. Ni se abstiene de operar. Y los precios muestran cambios importantes. ¿Qué es lo que nos dice el dinero fuerte que se pone sobre la mesa?

Gordon Gekko: Biden presidente. Congreso balanceado. O sea, cada partido retiene su cámara. No hay un triunfo demócrata aplastante. La división del país se mantiene firme. Así, el poder que tendrá Biden es limitado. Prevalece el statu-quo.

P.: La elección era un referéndum sobre Trump.

G.G.: Nunca fue el favorito del voto popular, ni siquiera cuando le arrebató la Casa Blanca a Hillary Clinton en 2016. Con todo, retiene un apoyo muy importante, máxime dadas las vicisitudes adversas.

P.: El presidente se declaró ganador a la madrugada…

G.G.: Como dijo Mitch Mc Connell, el líder republicano del Senado, eso es bastante usual, pero otra cosa es sostenerlo en el escrutinio. Yo diría que cuando se proclamó vencedor fue porque tomó conciencia de que la elección se le escurría de las manos. Faltaba registrar el aluvión de votos por correo, con su muy fuerte sesgo demócrata.

P.: ¿Cómo procesa Wall Street toda esta catarata de información? Que todavía es preliminar y no definitiva.

G.G.: La reacción es de alivio. Para la Bolsa, la semana que pasó fue la peor desde marzo. Esta semana arrancó con el pie derecho, desde el lunes mismo, un día antes del cierre de los comicios. ¿Qué fue lo más importante? Que no estallara el país, que no hubiera violencia. Se podía esperar un Trump más agresivo. O que embarrara la cancha con más eficacia. No sucedió.

P.: Pidió un recuento de votos en Wisconsin.

G.G. De acuerdo, tiene derecho, se hizo en 2016. Hubo entonces un error de 131 sufragios. Trump está 20 mil abajo. No se tapió el frente de Macy´s en Herald Square porque se temieran estos pequeños inconvenientes.

P.: La Bolsa sube con ganas. No la asusta Biden, por lo visto.

G.G.: Biden o Trump, le daba lo mismo. Y lo sabíamos. Apostaba también a que ganara Biden con una gran ola demócrata, que hoy luce improbable.

P.: ¿No era el escenario que más le convenía?

G.G.: Sí.

P.: No es muy fácil advertir la decepción.

G.G.: Mire las compañías de energía renovable, 35% en alza los últimos tres meses. Y hoy (por ayer), 6% abajo. Pero no hay mal que por bien no venga. Acciones de salud, servicios de comunicación, tecnología y consumo cíclico, todas, más de 3% en alza. El Nasdaq llegó a caer 10% desde los máximos (al viernes pasado), trepó toda la semana y más de 4% hoy (por ayer). El paquete impositivo de Biden, que ahora encontrará bloqueado su pasaje por el Congreso, aconsejaba desprenderse de los papeles que acumularon mayores avances antes de fin de año. Y las iniciativas antimonopolio, que son una munición que pica cerca de las big tech, serán menos filosas si los demócratas no pueden hacer prevalecer su criterio.

P.: La tasa de diez años se cayó a plomo. ¿Cómo interpretarlo? ¿No es un contrasentido dado el entusiasmo de la Bolsa? ¿Es un vuelo a la calidad?

G.G.: Biden tendrá el campo de maniobra limitado. El escenario de marea azul habilitaba el paquete fiscal más potente. Un triunfo de Trump, por caso, hubiera gozado de la predisposición demócrata para lanzar un programa de gran tamaño. Fue el senado republicano el que militó en contra hasta último minuto, no Trump. Y por ende, la combinación de Biden en la Casa Blanca, y el Congreso como está, instala el escenario más amarrete de todos.

P.: De ahí que también la pendiente de la curva de los bonos del Tesoro se aplanó. ¿Será que los republicanos le querrán hacer morder el polvo a Biden? ¿Le podrían negar el respaldo a un estímulo adicional cuando la segunda ola del covid nos pisa los talones?

G.G.: Piense en un esquema simple. El mercado de bonos sabe que un paquete de 500 mil millones de dólares no tendría objeciones. Pero no ve posible reflotar el acuerdo de 2 billones que estaba en la mesa de negociaciones. Y para colmo todo indica que los demócratas no hicieron la gran elección que esperaban en la cámara baja. Les llegará una factura.

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