8 de julio 2003 - 00:00

Botafogo: "Los temores de la UIA no tienen asidero"

El embajador brasileño, José Botafogo Gonçalves, polemizó ayer con los empresarios argentinos. Pese a la reversión del saldo comercial bilateral, superavitario desde junio para Brasil, dijo que no hay una "invasión" de productos de su país, para lo que se basó en los datos del período 1999-2001. Los industriales ven que el terreno ganado el año pasado se achica mes a mes, pero el embajador señaló que "2002 fue un año atípico". Además, respaldó la idea de Martín Redrado de que la Argentina se equivocó al apostar todo al Mercosur. Por otra parte, gobernadores del sur de Brasil pidieron ayer que se acelere la construcción de un gasoducto para poder comprar gas argentino.

Embajador Brasileño Botafogo Gonçalves: En junio se registró el primer superávit comercial a nuestro favor en 41 meses. Sucede que muchos insumos que antes venían de afuera del Mercosur, por la devaluación del peso ahora se traen desde Brasil.
Embajador Brasileño Botafogo Gonçalves: "En junio se registró el primer superávit comercial a nuestro favor en 41 meses. Sucede que muchos insumos que antes venían de afuera del Mercosur, por la devaluación del peso ahora se traen desde Brasil".
"No sé a qué se refiere la UIA (Unión Industrial Argentina) cuando habla de supuestos daños que les estaría provocando la 'invasión' de productos brasileños: estamos exportando a la Argentina menos que en el período 1999/2001." Respondiendo a la preocupación expresada por industriales argentinos en relación con el efecto negativo para la economía local que estaría teniendo el comercio bilateral, Botafogo Gonçalves, embajador de Brasil, aseguró que esa crítica «no tiene asidero; no está respaldada por ninguna de las estadísticas que manejamos».

Obviamente, el diplomático basó sus comparaciones en el período que más favorece a su causa: en un «paper» que entregó al periodismo confiesa que «los aumentos señalados para denunciar una supuesta invasión se basan en comparaciones con 2002, un año completamente atípico». Y si bien es cierta la «atipicidad» del año anterior, también lo es que los empresarios locales ven con preocupación cómo el avance que habían hecho en áreas como calzado, textiles, pollos, etc., hoy están evaporándose ante el nuevo avance de los vecinos, y retornado a los niveles que casi causaron su desaparición.

El diplomático agregó que gran parte de las ventas a la Argentina son «de insumos industriales, no de productos terminados», y reafirmó la idea de un parlamento del Mercosur (lanzada por Luiz Inácio Lula Da Silva y «comprada» por Néstor Kirchner), a pesar de críticas llegadas desde Uruguay. El embajador intentó demostrar con cifras sus afirmaciones: «En junio se produjo el primer superávit comercial a favor nuestro país en 41 meses; pero 57% de esas ventas fueron bienes intermedios y de capital. Lo que sucede es que por efecto de la devaluación del peso, muchos insumos que antes venían desde fuera del Mercosur ahora se traen desde Brasil».

A continuación, lo más importante del diálogo con Gonçalves:

Periodista:
Según usted, no hay invasión brasileña. ¿Por qué, entonces, los empresarios se quejan de eso?

Botafogo Gonçalves: No quiero pelearme con la UIA, pero de verdad no entiendo de qué están hablando. Admito que en el pasado hubo muchos conflictos con la Argentina mientras duró la asimetría en el tipo de cambio, pero después de la devaluación del peso eso desapareció. Encima tenemos un tipo de cambio nominal casi idéntico.


P.:
Pero los empresarios argentinos están reclamando medidas para compensar asimetrías, salvaguardas, equidad en las reglamentaciones para que no suceda que exportaciones argentinas queden detenidas en la frontera...

B.G.: No veo bases para pedir medidas compensatorias, al menos mientras dure el tipo de cambio flotante a ambos lados de la frontera (y no encuentro razones para que así no sea). Las perspectivas de entendimiento son más grandes que antes, pero el tipo de cambio no es la única variable para lograr una mayor competitividad. Además, Brasil puede tener una participación limitada pero importante en inversiones en infraestructura, con fondos del FonPlata, el BNDES y el BID.


P.:
Pero tanto Roberto Lavagna como Martín Redrado pidieron compensar las asimetrías. ¿Lo sorprende esto?

B.G.: Se confunde el concepto: en la reunión de Asunción se habló de asimetrías, pero en relación con los socios menores del Mercosur (Paraguay y Uruguay), que tienen diferencias reales con Brasil y la Argentina. Pero, ¿qué asimetría hay entre la Argentina y Brasil? No la veo...


P.:
El vicecanciller Redrado dijo frente a la UIA, en Puerto Madryn, que la Argentina había equivocado la estrategia en la última década, apostando al Mercosur, y que ahora había que salir a venderles a Estados Unidos y Europa...

B.G.: ¡Y yo coincido con Redrado! El Mercosur debe abrirse a Estados Unidos y a Europa; más que un derecho es un deber de los funcionarios de ambos gobiernos buscar nuevos mercados, porque sólo con el comercio intra-Mercosur no alcanza para lograr la independencia del capital financiero. Brasil exportó u$s 62.000 millones, y México más del doble... Es cierto que me gustaría tener el vecino que tienen ellos, y además están en el NAFTA, pero son el ejemplo a seguir.


P.:
Los gobernadores de tres estados del sur de su país anunciaron su interés en un futuro gasoducto que desde la Argentina abastecería de gas a sus fábricas, para hacerlas más competitivas. ¿No es más de lo mismo: nosotros les vendemos trigo y ustedes nos mandan pan?

B.G.: La pregunta es buena, a pesar de que tiene veneno, porque refleja una visión de que la relación entre nosotros es sólo comercial, y hay que mirar el productivo. ¿Por qué no pensar que con el gasoducto pueden integrarse fábricas a ambos lados de la frontera? Hay que salir del esquema de la relación comercial para entrar en la integración productiva; no vale la pena aislarse. Porque para Brasil no hay nada mejor que una gran Argentina industrializada.


Entrevista de Sergio Dattilo

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