30 de septiembre 2020 - 00:00

Mensaje de Xi Jinping: vía libre para usar swap

El presidente de China, Xi Jinping.

El presidente de China, Xi Jinping.

Foto: Reuters

Xi Jinping fue claro y directo con Alberto Fernández, al momento de darle ayer una señal concreta sobre la situación macroeconómica de la Argentina. El presidente de la República Popular China, en conversación telefónica con el jefe de Estado local, aunque sin entrar en detalles, le dio vía libre para el uso del “swap” acordado entre los bancos centrales de ambos países. Incluso liberó su renovación automática si a 12 meses de su habilitación, Argentina no puede cumplir con su pago. Además, mientras se utilice el préstamo, no habrá necesidad de atarlo al comercio exterior entre ambos estados o al pago a proveedores chinos en obras públicas locales; tal el motivo de origen del crédito contable entre el país oriental y Argentina.

Con esta novedad transmitida por Xi Jinping, dependerá del Gobierno si se habilita o no; y el monto de dicha ejecución. Si se sigue la teoría del presidente del Banco Central, Miguel Pesce, su uso se dará sólo ante una necesidad extrema; y con la certeza que el mercado cambiario entenderá que se aplica ante la llegada próxima de buenas noticias que ameriten tomar esa decisión. De otra manera, entienden en el gabinete económico, disponer de todo o parte del depósito por unos u$s18.600 millones para controlar el mercado del dólar, agudizaría la crisis, alentando un “golpe financiero destituyente del mercado especulador”.

Están en el recuerdo aquellos tiempos de septiembre de 2018; cuando, hace ya dos años, Luis Caputo terminaba su faena como presidente del Banco Central, luego de haber hecho uso de unos u$s2.500 dólares provenientes el “Stand By” firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para intentar contener el dólar. El 24 de septiembre Caputo renunció, luego de haber gastado ese dinero sin obtener logros importantes en cuanto al control del mercado cambiario; habiendo usado además la “bala de plata” de la posibilidad de usar dólares del acuerdo con el Fondo para estabilizar la plaza cambiaria. Luego de esa situación, para el gobierno de Macri, todo fue cuesta abajo hasta las fatídicas PASO de agosto de 2019.

En algún momento de las últimas semanas, entre el BCRA y el gabinete económico se analizó la posibilidad de aplicar parte de ese dinero chino para aumentar las reservas líquidas, cercanas a los u$s7.000 millones. La idea era llevar ese dinero a un nivel superior a los u$s10.000 millones, y a partir de ahí comenzar a ejecutar política restrictiva para el acceso al dólar ahorro. Pero con una posición más de fuerza ante el mercado. Se pensó que ese dinero, más la aplicación de la estrategia de intervención desde el BCRA y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) a través de la colocación de los dólares provenientes de eventuales ventas de los globales 2035; le deberían garantizar al estado un poder de fuego lo suficientemente fuerte como para disciplinar cualquier intento de alta especulación. Sin embargo la alternativa se archivó.

Un “swap” es un mecanismo por el cual Argentina y China se comprometen a habilitar eventualmente el cambio de divisas, sin la intervención de terceras monedas; en este caso, el dólar. El aporte de capital lo hace el Banco Central de China, bajo la certeza de que los yuanes originales serán eventualmente utilizados. Mientras tanto, hasta que se ejecute el cambio, quedan como libre disponibilidad del depositante. En este caso, el BCRA. El primer acuerdo de este tipo fue firmado en 2009 durante la presidencia de Martín Redrado en el BCRA, para reforzar los resguardos ante eventuales crisis internacionales y cuando las reservas alcanzaban el record del 15% del PBI. En total aquel acuerdo cerrado fue por unos u$s10.200 millones a tres años, con la opción de extender el plazo. Redrado lo negoció con su par chino, Zhou Xiaochuan, para acordar un intercambio de monedas que ambos países pudieran pedir uno del otro y que luego deberían ser repagados. Los permisos de operatoria para el BCRA eran amplios. Se podían convertir los yuanes en dólares en los mercados internacionales, o directamente utilizarlos para el intercambio bilateral. O, en su defecto, mantenerlos como parte de las reservas nominados en la moneda norteamericana. El segundo movimiento con China se activó en el tercer trimestre de 2014, durante la gestión de Axel Kicillof en Economía y de Juan Carlos Fábrega en el BCRA, por unos u$s3.800 millones, transferidos en el último trimestre de ese año. La novedad de esa operación fue que se justificó bajo el comienzo de las obras para el levantamiento de la represa santacruceña Cepernic-Kirchner que la constructora china Gezouba había ganado en licitación en sociedad con la local cordobesa Electroingeniería. El acuerdo total fue por unos u$s11.000 millones, en liquidaciones sucesivas dependientes del avance de las obras.

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