12 de junio 2007 - 00:00

Comienza Evo a pagar por las estatizaciones

El gobierno de Bolivia pagó ayer a la petrolera estatal brasileña Petrobras 50% del valor de dos refinerías, que pasará hoy a controlar, según informó el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas. El funcionario explicó que enviaron una carta de crédito por la misma suma para garantizar la segunda cuota del acuerdo concertado hace un mes y que, por ese mecanismo, se hará efectiva el 11 de agosto próximo.

Previamente, el portavoz presidencial, Alex Contreras, dijo que el acto de transferencia de las plantas no se hizo ayer «por problemas administrativos», pero que el «proceso continúa adelante». Los ejecutivos de Petrobras habían advertido que si la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) no realizaba el depósito ayer, el negocio de transferencia se caería y las refinerías, las más importantes del país, seguirían bajo su control.

Por su parte, Petrobras confirmó el pago de u$s 56 millones, mientras que el segundo deberá cancelarse en los próximos 60 días.

De esta manera, a partir del primer pago a Petrobras, YPFB comienza a tener el control administrativo de ambas plantas, lo que se concretará hoy en dos actos oficiales, uno a las 16 en la refinería Guillermo Elder Bell, de Santa Cruz, y a las 20 en la planta de Gualbert Villarroel, en Cochabamba.

La agencia oficial del gobierno boliviano de Evo Morales confirmó también el pago mediante el presidente de YPFB, Guillermo Aruquipa, que señaló que «esta mañana (por ayer) a las 8.30 horas fueron depositados los u$s 56 millones y a las 9.30 comunicamos a Petrobras que lo hicimos».

Las plantas son las dos mayores que operan en Bolivia y procesan cerca de 40.000 barriles de petróleo por día. Para Brasil, estos negocios representan apenas 0,3% del total.

Las dos refinerías satisfacen toda la demanda interna de gasolina y 70% de la demanda de diésel de Bolivia, además de exportar derivados de petróleo reconstituido para Chile.

Petrobras decidió vender 100% de las refinerías después de la firma de un decreto de Evo Morales que afectó el flujo de caja de la estatal brasileña en dicho país. A pesar de la nacionalización anunciada por Morales, la empresa aún pensaba permanecer en Bolivia como socio del gobierno.

Con la nacionalización de los hidrocarburos, Morales anuló los contratos de operación vigentes desde hace una década e impuso a una docena de compañías petroleras que firmaran otros nuevos para asegurar su permanencia en el país.

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