3 de abril 2022 - 11:43

La "maldición" de los años pares: 3 factores que pueden impedir el crecimiento económico en el 2022

Luego de un 2021 con un crecimiento del 10,3%, el panorama económico para la Argentina en 2022 parece aún más desafiante. Tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) las expectativas cambiaron por la guerra entre Rusia y Ucrania y una inflación que no da tregua. ¿Porqué la Argentina puede volver a entrar en una fase recesiva?

Ministerio de Economía

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Foto: Agencia Noticias Argentina

Luego de un 2021 con un crecimiento del 10,3%, el panorama económico para la Argentina en 2022 parece aún más desafiante. Tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) las expectativas cambiaron por la guerra entre Rusia y Ucrania. A su vez, la persistente inflación también se tornó más compleja y al menos en este primer trimestre del año se espera que supere el 13% con creces. La Argentina podría volver a caer en la "maldición de los años pares" y volver a entrar en una fase recesiva pese al arrastre estadístico del 2021.

Según la previsión del Fondo Monetario, la Argentina crecerá en torno al 3,5% al 4,5%. El último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) elaborado por el Banco Central arrojó una expansión del PBI del 3% para este año, "un número similar al arrastre estadístico, lo que implica que el nivel de actividad se estabilizará (o caerá levemente) en términos desestacionalizados", explicó el último informe de Equilibra.

De confirmarse estas expectativas, estos números "permitirían romper la maldición de los pares recesivos iniciadas hace diez años". "Sortear la recesión de los años no electorales permitiría encadenar dos años consecutivos de expansión, lo que no sucede en nuestro país desde 2010-2011, que coincide con el pico del PBI per cápita alcanzado antes del inicio de las restricciones cambiarias", agregaron. Sin embargo, el panorama a nivel local e internacional cambió.

En su último informe, Equilibra elaboró tres factores que pueden impedir el crecimiento económico en este 2022:

"Vemos un escenario más complicado. Estimamos que hay elementos recesivos que podrían evaporar el elevado arrastre estadístico positivo que dejó el año pasado, generando incluso una mínima caída promedio del PBI en 2022 (-0,5%)", expresaron desde la consultora.

  1. Impacto negativo de la sequía sobre la producción agraria

La intensa sequía/ola de calor que azotó al país a comienzos del año golpeó fuerte al sector agropecuario, ya que registraría una caída en su producción de dos dígitos en 2022. El impacto productivo negativo directo rozaría 1,0p.p del PBI y alcanzaría 1,5 p.p. si se consideran las actividades conexas (producción de alimentos, transporte de cargas y otros).

Además, las pérdidas de la cosecha gruesa (la producción de maíz caería 1/3 y la de soja 1/4 respecto a la campaña pasada) implicarían una merma significativa de divisas por menores volúmenes de exportación, y también menores recursos fiscales por retenciones.

Por último, la sequía no sólo afectó la cosecha gruesa sino también dañó cultivos agrícolas de menor escala, quemó pasturas y disparó la mortandad de animales, lo cual explica buena parte del fuerte incremento del precio de los alimentos frescos registrado durante febrero. Incluso, redujo la generación hidroeléctrica -cuya producción es más económica y no requiere combustibles fósiles respecto de otras fuentes- por la falta de agua en ríos y embalses.

Un punto importante a destacar es que el fenómeno climatológico de la Niña -temperaturas por debajo de la media en el Océano Ecuatorial que produce precipitaciones por debajo de la media y temperaturas extremas en la mayor parte de nuestro país- detrás de la sequía y ola de calor sufrida a principios de año, continuaría durante el invierno frenando la generación hidroeléctrica y potenciando la demanda de gas y/o luz para calefaccionar los hogares

2. Menor disponibilidad de divisas para importar

Para Equilibra, al menos cinco variables se desprenden de la necesidad de la Argentina de acumular reservas: el crecimiento déficit del turismo internacional, el aumento del rojo energético (profundizado por el conflicto de Rusia-Ucrania), el aumento del precio de los fertilizantes también desatado por la guerra y los desembolsos netos del FMI y de organismos internacionales.

"Al analizar las perspectivas del balance cambiario notamos que las divisas remanentes para importar podrían no alcanzar siquiera para comprar los mismos volúmenes que el año pasado. Por ende, los sectores productivos dependientes de las importaciones no podrían sostener -por falta de insumos- el nivel de actividad de fines del 2021, diluyendo buena parte del arrastre estadístico positivo. De todas formas, los sectores no transables que dependen principalmente de la demanda interna -como la mayoría de los servicios- no se verían tan afectados por las restricciones a las compras externas", agregaron.

En ese sentido, estimaron: "Si se cumple la meta de acumulación del acuerdo, no habría dólares suficientes para sostener el nivel de actividad del 2022 (el PBI caería 1%). En cambio, para que la economía no caiga este año, la acumulación de Reservas Internacionales Netas (RIN) debería ser sólo de u$s1800 millones, lejos de la meta acordada". En ese sentido, Equilibra estima que la estimación de reservas mediante weiver se ajustará a u$s3800 por la disparada de precios energéticos,c ompatible con una contracción del -0,5% del PBI.

3. El stock estanflacionario a escala global desatado por la invasión rusa a Ucrania

El impacto de la guerra sobre la economía argentina es recesivo por varias vías. En primer lugar, la suba de los precios de las commodities energéticas y alimenticias tendrán un efecto acelerador de la inflación y contribuirán a horadar el poder de compra de los salarios, pegando especialmente en las familias de menores ingresos (que destinan una mayor proporción de su gasto a alimentarse).

"Esto no sólo da por tierra el rango de inflación anual que esperaba el programa para 2022 (38-48%), sino que generaría un impacto recesivo por caída del salario real (si estos trepan menos de 60% no compensarían la suba de precios de este año). La merma del salario real será especialmente relevante para las actividades no transables -como la mayoría de los servicios- que dependen de la demanda doméstica. El arrastre estadístico positivo que dejaron estos sectores a fines de 2021 es levemente superior al 1,0%", sumaron.

"Los efectos recesivos también operarán por vía externa. Pese a que aún no hay estimaciones fiables del impacto sobre la economía mundial, sabemos que el crecimiento global será menor (Europa podría caer en recesión) lo cual debiltará la demanda externa de nuestros productos exportables. También habrá mayor inflación internacional respecto al escenario previsto antes del estallido de la guerra. Además, la tensión financiera ha generado mayor aversión al riesgo, que se traduce en depreciación de monedas emergentes y menor acceso/encarecimiento del crédito internacional. Todo esto impacta de forma negativa sobre la actividad económica en Argentina", concluyeron.

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