8 de junio 2007 - 00:00

Cumbre por el Banco del Sur: ¿Miceli presidenta?

Hugo Chávez
Hugo Chávez
En general, casi todos los ministros del gabinete nacional están preocupados por su futuro. Si fuera Cristina Kirchner la candidata, más de uno piensa que tendría que buscar trabajo después de octubre. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, dijo con claridad que todos los funcionarios dejarán su cargo en diciembre. Sea verdad o no, lo cierto es que el pasar a engrosar la lista de desocupados tiene inquieto a más de un funcionario. Salvo a la ministra Felisa Miceli. Según sus allegados, no piensa dar pelea para permanecer al frente del Palacio de Hacienda; tampoco buscar un cargo legislativo o una embajada. Su aspiración es lograr la presidencia del Banco del Sur.

Esto explica el entusiasmo y horas que le dedica a la conformación de esta entidad. «El propósito es que en enero de 2008 el Banco ya comience a funcionar», dijo Felisa Miceli ayer en el cóctel que brindó con motivo del Día del Periodista (ver pág. 7). El próximo lunes, en Buenos Aires, la ministra presidirá una reunión donde se avanzará en la conformación y el análisis del fondeo necesarios para la entidad. Ya se definió que la sede central se establecerá en Caracas, Venezuela, y la subsede regional será en Buenos Aires. «La decisión se tomó sobre la base de que Venezuela fue el ideólogo del banco y la Argentina el país que lo secundó», explicó la ministra.

El presidente Hugo Chávez planteó hace casi 3 años la creación del Banco del Sur como una entidad que reemplace al Fondo Monetario Internacional. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Argentina, Brasil, Paraguay, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Los seis países involucrados en el proyecto arribaron a un consenso respecto del aporte inicial que cada uno realizará, que oscilará entre 300 y 500 millones de dólares.

Venezuela, por su parte y dada la abundancia de sus reservas, podría aportar 1.400 millones de dólares de los 7.000 millones que, se especula, podrían constituir las reservas de la nueva institución. Existe consenso entre los países miembros en priorizar la puesta en marcha de este banco de desarrollo, mientras en una segunda instancia se creará un fondo para «blindar» a la región de la volatilidad externa.

En tanto, Felisa Miceli está convencida de que el problema de la Argentina es que no se cuenta con una batería de herramientas financieras que ayuden al desarrollo de las empresas nacionales. Citó, por ejemplo, que el Banades de Brasil contribuye con fondos para que empresas de ese país puedan adquirir compañías en el exterior.

«Las empresas argentinas, especialmente las pymes, cuentan con líneas de crédito de bajo
monto, que no les permiten adquirir compañías, como hacen los brasileños, explicó Miceli, al tiempo que reconocía que el desarrollo de este tipo de herramientas llevará tiempo, pero que es necesario comenzar a trabajar en este sentido».

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