Dicen que hay susto en el gobierno norteamericano por la posibilidad de caer en recesión más sostenida, y esto llevaría a que la Fed redujera nuevamente las tasas antes de una fecha presumible, que era en el distante comienzo de octubre. ¿Cuántas dosis ha inyectado el organismo durante el año?... llevaban siete recortes del costo del dinero y esto apenas si había conseguido poner diques temporales a la merma en los mercados de riesgo y a la desaceleración económica. Una buena prueba de fuego para el manejo de lo monetario como herramienta eficaz, o la surgencia de la simple lógica y temores humanos para derrotar todo intento artificial, de incidir en una tendencia y doblar su ruta a voluntad.
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Hasta este noveno mes es un fracaso la política llevada adelante y cada vez surte menor efecto la aparición de la Fed con un rebaje de la tasa. Se abusó del instrumento y ya va perdiendo toda credibilidad, aprovechando los más avispados de los inversores familiares, para colocar las posiciones en los pequeños tramos de repuntes de los índices: ergo, lo que logra Greenspan y su equipo es retardar la depuración, dar más chance a los más hábiles y exponer a que queden muchos estampillados si la corrección de fondo sobreviene una vez jugados los cartuchos monetaristas. Esto empalma con la situación que vivimos, donde no se trabajó con recortes de tasas, pero se han acumulado perdigones de «novedades importantes», buscando quebrar la tendencia depresiva de la población y del inversor en general, para que se mueva la rueda económica interna. Todo ha fallado, tras un corto lapso. En este caso no nos une otra cosa que el espanto, el nuestro mucho más que el de ellos, pero es singular el modo en que los gobernantes procuran oponerse a las marchas naturales de los ciclos económicos, financieros, de mercados, prefabricando ambientes artificiales para lograr ciertas metas deseadas. Obviamente, siempre está el voto por detrás de cada actitud, pero aquellos que gozan de tal derecho a elegir, a votar, descreen de esas estratagemas para retardar las tendencias. En el Norte no pueden quejarse, disfrutaron de la década más gloriosa para sus mercados y estándar de vida. En cambio aquí hace mucho tiempo que estamos debajo de un cascote. Participamos de las malas con los otros, nos quedamos afuera en las buenas, y parece aquella pelea donde: trompada va, trompada viene, trompada viene, trompada viene, trompada... La rueda de este lunes era para poner los pelos de punta, por el desplome de los índices accionarios, por la forma de resbalar debajo de una centena que se conservaba con gran estilo de lucha. Al publicarse esto, ya jueves, se debe saber si todo siguió el curso peligroso o si, una vez más, se logró retornar del abismo. Informate más
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