Dos noticias coincidieron en el escenario de los mercados bursátiles, durante el miércoles pasado. Una, ciertas "minutas" de la Reserva Federal tocando determinadas cuestiones de actualidad. La otra, un desplomarse de la Bolsa de Shanghai -en casi 7% en la rueda-y a instancias de un intento formal (con semblante de desesperación) por parte de las autoridades, para tratar de que el paquidermo bursátil no ruede por la colina. Medida de orden operativo, subir el impuesto por las operaciones y llevándolo de 0,1% a 0,3%. Señal de desbande frente a una variable incorporada, que no tiene que ver con la propia "burbuja" natural.
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Pues bien, puestas las dos novedades en escena (de paso, hay que decir que lo de China le pegó a un ya muy debilitado Nikkei japonés) ¿qué es lo que atrapó toda las luces del día?... los dichos de la Fed. Y cuando los mismos se van desglosando, no se entiende demasiado a qué pudo venir tanta alegría, como para darle al Dow Jones un pellizco en las nalgas y que saltara hacia arriba. Lo que expuso la Reserva Federal comenzó por "reiterar sus temores sobre la inflación". Asunto crucial para tratar de inferir el futuro de la tasa -que quedó igual-, pero si el temor persiste y encabeza el parte: las chances a que deba subir, y no volver a bajar, parece resultar lo más lógico.
Se agregó que "todos los participantes consideraron que la inflación de base permanecía incómodamente elevada y la importancia que tenía el poder moderarla...".
Uno, que de esto sabe poco pero trata de razonar, se pregunta si frente al problema y la preocupación van a moderar la inflación haciéndole un rebaje a las tasas. Y la respuesta nos parece que es un rotundo no. Y si el mal no se puede "moderar", el paso siguiente sería volver a subirlas. ¿O no?. Pero lo curioso es que la novedad partió de Wall Street y se derramó por el mundo, como si hubieran dado una opinión inversa.
En su particular modo ambiguo de elegir palabras y de explicar situaciones (o será problema de traducciones) después la Fed se explayó acerca de la economía. Y al toparse con el otro gran tema, lo que llaman "las dificultades del sector inmobiliario", se afirmó que "parecen haber quedado relativamente controladas..." (Parecen, relativamente, figuras más difusas y abiertas a cualquier resultado).
Después, que "los indicadores de inversión de las empresas surgieran perspectivas más animadas...".
Referido a la famosa "desaceleración" (lo que Alan Greenspan directamente llama "recesión") la Fed nuevamente apeló al lenguaje lavado: "Estos peligros parecen haber disminuido ligeramente...".
Con tan nimios argumentos, los "brokers" decidieron darle para arriba y, además, ignorar todo lo de China. (Nosotros, haríamos al revés.)
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