21 de junio 2007 - 00:00

Cupones bursátiles

Obsérvese el notable efecto que siempre poseen las recomendaciones de casas bursátiles que ostentan alguna nombradía internacional. Ahora, dándole un espectacular impulso a la estrenada acción de Edenor que, en la rueda del martes pasado, formó parte de la columna vertebral del volumen del día y resultó figura primaria en cuanto a suba de precios. En la pantalla de Ambito Web -seguramente replicado también en otros sitios-se leía que las acciones de la distribuidora «subían con fuerza, en respuesta a sucesivas recomendaciones de compra por parte de bancos extranjeros...». En la ocasión se había sumado el Citigroup a recientes indicaciones por parte de Bear Stearns y JP Morgan. Finalizaba la información diciendo: «Una de las hipótesis que usan los bancos incluye una suba de tarifas del sector eléctrico, tras las elecciones presidenciales de octubre...». Lo demás fue sólo freír y cantar para que su plaza se hallara en la gloria. Un 10% de aumento en precios en torno de $ 20 millones girados, y con el derivado de haber hecho volar también la plaza de Pampa Holding -razón de parentescoque repuntó en el orden de casi 4% y agregó parecida cifra en lo que hace a los montos negociados. Entre las dos, se anotaron hasta con más de 30% de los totales en acciones. Y la incidencia del movimiento no terminó solamente en esas dos. Porque cuando aparecen estrellas rutilantes, con mucho caudal mediático detrás, se produce una corriente imitativa inmediata. Y esto aporta algún dinero fresco al circuito, pero también se activa el mecanismo de compra-venta simultánea, donde dinero salido de la venta de otras especies es dinero comprador para las favoritas. Esto, de paso, duplica órdenes y sin significar más dinero -aunque sea más volumenpor lo que no es sencillo estimar qué cantidad de aumento real se produjo en el ritmo del mercado. De todos modos, el efecto benéfico -sin saberse cuánto dura-proviene del aspecto de sacudir la «modorra» de los operadores, despertar al mercado, hacer que la sangre fluya y se produzca un cambio en las actitudes.

Pero, volviendo al inicio, puntualicemos la hipótesis que -según se menciona-activó las recomendaciones: la posibilidad de que haya aumentos tarifarios después de las elecciones. De aquí a fines de año hay un buen trecho y si nada se concreta: ¿quién recordará la hipótesis fallida? Seguirán gozando de su « chapa» y de su fama los bancos que les dicen a todos a viva voz: compren tal cosa. Gente generosa parece, pero no es lo más lógico, sino que lo lógico es que ya hayan hecho posición y después hagan correr el dato para lograr la doble misión de una trepada en precios y aumento de la liquidez. Negocio tan viejo como la Bolsa, pero igual surte siempre efecto.

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