El ministro de Economía, Luis Caputo, liderará una delegación oficial que partirá en los próximos días hacia Washington para sostener reuniones clave con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent. Este desplazamiento, se enmarca en un esfuerzo por concretar un paquete de asistencia financiera bilateral, en un momento de intensas turbulencias en los mercados y a escasas dos semanas de la esperada cumbre entre el presidente Javier Milei y su par estadounidense, Donald Trump, fijada para el 14 de octubre en la Casa Blanca.
Dólar electoral: con 16 ruedas aún por delante, se acortan plazos y Scott Bessent pide garantías
Con nuevas tensiones en el dólar, el secretario del Tesoro de EEUU salió a respaldar la gestión de Luis Caputo y advirtió sobre un próximo encuentro.
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Se aceleran las negociaciones técnicas del paquete de ayuda.
La iniciativa responde a la necesidad de fortalecer las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) ante la altísima volatilidad, la suba de las cotizaciones del dólar y la caída de bonos y acciones locales. Es que a los inversores no escapa que el Gobierno enfrenta vencimientos de deuda por unos u$s33.900 millones hasta el final del mandato presidencial, en un contexto de presiones cambiarias y electorales que dominan la agenda económica. La confirmación de este viaje surgió de una conversación telefónica celebrada ayer entre Caputo y Bessent, calificada por el funcionario norteamericano como "muy positiva".
El comunicado de Bessent, el principal sostén
En un mensaje publicado en la red social X, Bessent expresó su optimismo respecto a que "el equipo del ministro Caputo venga a Washington D.C. para avanzar en nuestras conversaciones acerca de las opciones para darles el apoyo financiero", al tiempo que resaltó la trascendencia de las reformas estructurales impulsadas por el gobierno argentino no solo para el país, sino para la estabilidad de la región y el conjunto del G7.
En los hechos, el secretario del Tesoro no escatimó en compromisos: "Mientras el presidente continúe con políticas económicas fuertes, estaremos allí para ayudarlo a llegar a las elecciones", y agregó que "el Tesoro está preparado para hacer lo necesario". Estas declaraciones, emitidas en la víspera de la apertura de los mercados, buscaron inyectar confianza en un escenario inestable, evocando el espíritu de intervenciones decisivas como el "whatever it takes" pronunciado por Mario Draghi en 2012 para estabilizar la zona euro.
Este miércoles, el dólar oficial minorista escaló hasta los $1.450 en el Banco Nación y alcanzó los $1.470 en otras entidades financieras. El tipo de cambio mayorista, por su parte, cerró en $1.423 tras un incremento del 3,1%, pese a una intervención agresiva del BCRA que inyectó aproximadamente u$s500 millones para contener el precio por debajo de los $1.425. Sin embargo, estas medidas paliativas no han logrado disipar la presión: el dólar blue cotizó a $1.475 para la venta, con un alza del 1,05%, mientras que el dólar MEP se operó en $1.523 para la compra y $1.526 para la venta, configurando una brecha cada vez más extensa respecto al oficial. El dólar Contado con Liquidación (CCL), por su turno, perforó los $1.573, ampliando la brecha al 13%, en un reflejo de la demanda reprimida por divisas en el segmento financiero.
Dólar: quedan 16 ruedas hasta las elecciones
Como se dijo, estas dinámicas no son aisladas; responden a especulaciones sobre una mayor flexibilidad cambiaria en el horizonte postelectoral, con solo 16 ruedas bursátiles restantes hasta las legislativas. El indicador de mayor preocupación para los inversores es el riesgo país, medido por el EMBI+ de J.P. Morgan, que se posicionó en 1.230 puntos básicos al cierre del miércoles, pero que hoy prometía acortar esa marca a partir de las subas anotadas por los bonos durante el día, lo que buscaba mitigar las caídas de la jornada previa.
En Wall Street, los ADRs de acciones argentinas profundizaron ayer su retroceso, con bajas de hasta el 7% en emisores clave como YPF y Banco Macro, contribuyendo a un desplome del 22% en el Merval en dólares durante septiembre. El índice local, el S&P Merval, aunque cerró con un modesto repunte del 0,5% en pesos tras tres días consecutivos de pérdidas, no logra ocultar la fragilidad subyacente, con un acumulado negativo del 3% en la semana.
Para los analistas, estas tensiones no se explican únicamente por factores domésticos. Los flujos de divisas provenientes del sector agropecuario, que en septiembre alcanzaron un récord de 7.100 millones de dólares –un incremento del 291% intermensual–, han sido insuficientes para robustecer las reservas netas del BCRA, estimadas en apenas u$s5.000 millones, lo que equivale a una cobertura mínima para importaciones y pagos de deuda. La suspensión temporal de ventas de dólares oficiales a través de billeteras virtuales, parece haber exacerbado la percepción de escasez y alimentado la demanda en los mercados paralelos. En los hechos, la sostenibilidad del esquema cambiario depende en gran medida de inyecciones externas.
Lo que pide Washington: garantías
En este panorama, el viaje de Caputo adquiere una dimensión estratégica. La agenda en Washington abarcará discusiones detalladas sobre mecanismos de apoyo concretos, incluyendo un swap de divisas por u$s20.000 millones –una línea de crédito renovable que ampliaría las reservas brutas sin condicionalidades inmediatas–, adquisiciones directas de bonos soberanos por parte del Tesoro estadounidense y la activación de líneas de crédito stand-by a través del fondo de estabilización cambiaria.
Fuentes cercanas a las negociaciones indican que, aunque el entusiasmo inicial por la "luna de miel" bilateral entre Milei y Trump ha impulsado avances preliminares, persisten obstáculos como diferencias en la agenda geopolítica –particularmente en relación con China, principal socio comercial de Argentina–, las garantías que pide Washington de que se harán los cambios que auguren futura gobernabilidad con la oposición, las provincias, en el Congreso, por parte de Milei, un relanzamiento del gabinete argentino y la necesidad de alinear calendarios políticos en ambos países.
Bessent, un economista con vasta experiencia en fondos de inversión y designado como "técnico de confianza" de Trump, ha sido clave en estos diálogos, transmitiendo incluso a sus pares del G7 la urgencia de respaldar la agenda reformista de Milei para evitar contagios regionales. Desde Buenos Aires, las reacciones no se hicieron esperar. El presidente Milei, en una serie de declaraciones, comparó a Bessent con Lionel Messi, el ícono del fútbol argentino, al describirlo como "el mejor jugador en su posición" y anticipó "buenas noticias" derivadas de la reunión con Trump. Milei también aludió a la reconstrucción de vínculos con la "oposición dialoguista", sugiriendo que el apoyo externo podría facilitar consensos internos para avanzar en reformas pendientes, como la desregulación laboral y la apertura comercial.
Caputo, por su parte, ha enfatizado en intervenciones públicas el progreso en la materialización de anuncios previos, incluyendo el rol complementario de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, a quien elogió por su "equilibrio entre política y economía".
A pesar de estas señales alentadoras, el escepticismo entre inversores institucionales y fondos de cobertura persiste. Tras el rally inicial en bonos y acciones impulsado por las primeras menciones de auxilio estadounidense –que borró temporalmente 200 puntos del riesgo país–, la atención ahora se centra en la ejecución práctica. ¿Se anunciará un desembolso inicial en la cumbre del 14 de octubre o quedará relegado a un memorando de entendimiento?
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