En los últimos tres meses, el dólar oficial se viene apreciando a un ritmo promedio del 6,2% mensual y, aunque aún restan varios días de diciembre, los analistas de las principales consultoras de la City empiezan a palpitar cómo seguirá evolucionando el crawling-peg (ritmo de micro devaluaciones diarias) que lleva adelante el Banco Central (BCRA) y qué efecto tendrá en la economía esa variable.
Dólar oficial: ¿cómo lleva el Banco Central la cotización y qué efectos tendrá en la economía?
El Banco Central viene llevando el tipo de cambio oficial en línea con la inflación. Con el dólar soja II y la baja del índice de precios de noviembre, ¿cómo seguirá?
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“La tendencia es que, de mínima la tasa será la misma, aunque los primeros 5 meses marcan una tendencia alcista”, anticipa a Ámbito Claudio Caprarulo, director de Analytica. Esto es en base a lo que el Central viene haciendo en las últimas semanas, ya que, según indica desde Invecq el economista Juan Pablo Albornoz, durante cinco ruedas, dejó correr al tipo de cambio oficial a una TEA promedio del 130%. “Si esto se hubiese mantenido a lo largo de diciembre, implicaría una depreciación mayor apenas mayor al 7% efectivo mensual, por encima del 6,6% que marcó en noviembre punta a punta”, explica.
Sin embargo, en los últimos días, parece haber moderado el ritmo de devaluación del peso. Así, aunque Albornoz considera que “es entendible que aceleren el crawling-peg en un contexto de dólar soja por el impacto patrimonial que tiene este nuevo Programa de Incremento Exportador”, considera que es esperable que no lo lleve a un nivel tan alto.
La brecha del dólar soja II: una variable clave
A lo que hace referencia el economista cuando habla del impacto patrimonial es al hecho de que el BCRA compra dólares a $230 a quien liquida soja y vende a los importadores a un tipo de cambio de aproximadamente $170. “La diferencia entre lo que emite para comprar y los pesos que recibe al vender implica una pérdida patrimonial (comprar caro y vender barato), a pesar de que se estén acumulando divisas”, señala Albornoz.
En consecuencia, si el agro liquidara los u$s3.000 millones que estarán acordados y el BCRA vendiera en el mismo lapso u$s1.000 millones a los importadores, estaríamos hablando de una emisión de más del 11% de la base monetaria pre-dólar soja 2. “Si eso no se absorbe con Letras de Liquidez (LELIQs) y pases, es una masa de liquidez que va a presionar directa o indirectamente sobre los tipos de cambio”, advierte. Y, según la visión de Albornoz, “por eso el Central acelera el crawling-peg, para cerrar esa brecha” del dólar soja 2 y que el impacto monetario directo sea lo menos nocivo posible.
Sin embargo, Lucio Garay Méndez, analista de EcoGo, considera que “en la variable dólar de la economía, hay un dilema conformado, por un lado, porque el tipo de cambio real está atrasado e idealmente la devaluación tendría que correr por encima de la inflación y, por el otro, porque, si bien el dólar oficial cada vez es menos referencia de la economía por los continuos desdoblamientos, todavía tiene un impacto sobre los precios e indirectamente sobre el poder adquisitivo”.
Ante ese escenario, menciona que el BCRA empezó levemente a desacelerar el movimiento del tipo de cambio: tal como se dijo, la primera semana corrió del mes, lo llevó al 7% mensual, la segunda, lo hizo al 6% y este lunes, al 5,6%.
Desaceleración en el crawling-peg: ¿es una tendencia?
En consecuencia, según su visión, “es esperable que el dólar se empiece a mover a un ritmo menor”. La gran incógnita es si lo hará por encima, igual o por debajo de la inflación, que comenzó a desacelerarse en noviembre, cuando estuvo en el 4,8%.
Con ese panorama, Caprarulo plantea que “el interrogante para los próximos meses está planteado por dos variables: la primera es si la leve baja en la inflación tentará al gobierno a pisar al tipo de cambio para impulsar los salarios medidos en dólares y quitarle a su vez presión a la evolución de precios de la economía y la segunda es que la falta de dólares en enero y febrero contrarresta esa posibilidad poniendo más presión para acelerar el crawling-peg”.
Según la visión de Analytica, este último factor será el que más peso tendrá en la dinámica para los próximos meses, por lo que es esperable que el tipo de cambio oficial continúe corriendo a un ritmo en torno al 6% mensual, más allá del dato de inflación y los analistas no descartan que se acelere algunos puntos porcentuales hacia el verano.
Como advierte Garay Méndez, eso no ayuda a que los precios converjan a un menor nivel, pero es un avance en el proceso de reducción de brecha cambiaria a futuro al que aspira el Gobierno y es un elemento que contribuye a favorecer el equilibrio de pérdida e ingreso de reservas al BCRA en el proceso de pago de importaciones y liquidación de exportaciones.
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