Efecto Ucrania: el trigo tocó un nuevo récord

Los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania siguen generando presión en las cotizaciones de los cereales y oleaginosas. Es por el temor de que los puertos del Mar Negro queden sin actividad exportadora.

El precio del trigo tocó ayer un nuevo récord. En el mercado de Chicago, la cotización para mayo cerró en u$s343,18, mientras que la de julio tocó los u$s336,93 por tonelada.

Según los analistas consultados, la interrupción de la exportación del cereal desde Ucrania obliga a la pregunta sobre la futura provisión de millones de toneladas de trigo, pero también de maíz con la consecuente demanda proyectada en alza.

Como se dijo, ayer, los futuros del trigo estadounidense treparon tras haber alcanzado máximos de 13 años y medio durante la última semana debido, particularmente, a la preocupación de que la invasión rusa a Ucrania y que las sanciones occidentales sigan interrumpiendo las exportaciones de grano desde la región del Mar Negro. Otro tanto ocurrió en las últimas horas con los futuros del maíz y la soja.

“Las perspectivas de que los flujos de exportación de granos desde el Mar Negro se detengan durante varios meses seguramente atraerán nuevas compras”, dijo en una nota Rich Feltes, jefe de perspectivas de mercado del corredor estadounidense RJ O’Brien. Otros operadores consultados por distintos medios en Europa señalaron que la mayoría de los puertos ucranianos y rusos del Mar Negro y del Mar de Azov permanecían cerrados ayer, aunque el gran puerto ruso de exportación de grano, Novorossiysk, estaba operativo. Esto, sumado a que Rusia y Ucrania representan alrededor del 29% de las exportaciones mundiales de trigo, el 19% del suministro mundial de maíz y el 80% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol arroja una dimensión de que las presiones podrían continuar en los precios de esos mercados.

En el caso del maíz también pareciera haber consolidado un piso cada vez más alto. Ayer, el contrato a mayo cerró en los u$s271,94 la tonelada, con un incremento de u$s13 en la cotización. Para la soja, el precio a mayo cerró en los u$s601,
mientras que la de julio fue de u$s593.

Petróleo

Por su parte, el petróleo volvió a operar con fuertes alzas. El precio del barril de Brent del Mar del Norte para entrega en abril terminó con una suba de 3,12% a u$s100,99, luego de tocar los u$s105,07. En Nueva York, en tanto, el barril de crudo WTI para entrega en abril ganó 4,5% y cerró en u$s95,72.

Mirada doméstica

El impacto en la plaza local también podría comenzar a destacarse. En materia de comercio exterior, y sobre todo de exportaciones, cuatro de cada u$s10 que ingresaron en 2021 al país en total –casi u$s78.000 millones–, fueron gracias a la soja y al maíz y sus derivados. Las exportaciones de los principales productos relacionados con la soja y sus subproductos totalizaron u$s23.032 millones, con una suba del 60,2% en términos interanuales (u$s8.657 millones), producto de un aumento en las cantidades exportadas de 14,9% y un incremento en los precios de exportación del 39,3%, según datos oficiales.

En tanto, el maíz también sobresalió con envíos por poco más de u$s9.000 millones, u$s3.000 millones o un 50% más que en 2020. Fue el segundo producto más exportado, por detrás de la harina de soja y por encima del aceite de la oleaginosa.

Por el impacto en el ingreso de divisas, los productores se mantienen a la expectativa. A este panorama también se le suma el retroceso que vienen experimentando las principales bolsas del mundo ante perspectivas de un endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Como se mencionó, Ucrania y Rusia al igual que los Estados Unidos y la Unión Europea, son dos de los principales exportadores mundiales que satisfacen a importadores como Egipto, Indonesia y Turquía. Ucrania posee el 17% de las exportaciones mundiales mientras que Rusia representa el 24%, dos puntos por debajo de EE.UU. El trigo, es el cereal que se vería más afectado en el abastecimiento de las economías del mundo. En este sentido, Argentina se podría convertir en un gran abastecedor de la demanda y así asegurarse un buen ingreso de divisas.