El efecto de la suba del dólar en la economía real
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Otro de los rubros que se verán afectados en el corto plazo serán los viajes. Si bien, con la llegada de las "low cost" la eliminación del piso mínimo en el precio de los pasajes aéreos de cabotaje desató una verdadera guerra de ofertas entre las compañías que salieron a tratar de captar a la mayor cantidad de pasajeros posible a precios bajos, el contraste se sentirá con los vuelos al exterior. Ocurre que en la tarifa final de los boletos cada pasajero paga en dólares las tasas aeroportuarias si se trata de un viaje internacional, como así también en algunos vuelos regionales.
Vale recordar que estos impuestos se pesifican al momento en que se paga el pasaje. Por otro lado, quienes hayan realizado gastos en el exterior con su tarjeta de crédito deberán rezar para que no siga subiendo la divisa a la hora del cierre del plástico.
A estos, se le suman los que poseen servicios on demand como Spotify y Netflix, ya que también se verán afectados en el corto plazo por la suba del dólar. Si bien desde el año pasado ambos servicios de streaming se cobran en pesos para los nuevos clientes, no son pocos los que aún tienen la tarifa dolarizada.
Pero las consecuencias de esta tormenta teñida de verde no terminan allí. Históricamente en el país un salto en el precio del dólar se traslada casi en lo inmediato a las góndolas del supermercado. Si bien es prematuro determinar cuánto impactará esta disparada cambiaria en la inflación de los próximos meses, no se descarta que el índice de precios esté afectado en el corto plazo.
Los últimos datos del INDEC dan cuenta de esto, mostrando un aumento del 34% en la variación interanual de la Canasta Básica Total -que incluye alimentos, tarifas de servicios públicos e indumentaria-.
Otro segmento en el que impactará de lleno será en los combustibles, arrastrando a la suba los costos del servicio de transporte urbano y de carga, y en consecuencia a la población.
Vale mencionar que los precios de las naftas en el país van atados a la cotización internacional del petróleo. Desde octubre de 2017, cuando el Gobierno nacional autorizó la liberación del precio de los combustibles, no paran de aumentar. El litro de Premium de YPF en la ciudad de Buenos Aires se encareció en lo que va del año un 42%, y en los surtidores ya supera los $ 40, siendo aún mayor en el interior del país.
En definitiva, el papel verde en contacto con los precios de los combustibles no hace más que avivar la llama de la inflación.
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