El gobierno sigue buscando socios para Aerolíneas
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Otra cosa que habrá que determinar es cuánto vale la empresa; para eso, y una vez que se firme el acuerdo con el gobierno y los futuros accionistas, se hará un «due dilligence». Ese trámite será sin dudas un galimatías por las deudas que acumula la aérea (se habla de hasta u$s 400 millones, pero nadie conoce la cifra a ciencia cierta afuera de la compañía, y ésta no da datos), la puesta a punto que deberá hacerse de toda su flota, los contratos caídos con proveedores que van desde las petroleras hasta los remises que transportan al personal y quienes alquilan los filmes que (ya no) ven los pasajeros en los vuelos internacionales.
Y como en una casa de reality show, algunos participantes que habían sido excluidos vuelven a ingresar: ayer sonó fuerte el rumor de que el Grupo Plaza -de la familia Cirigliano- habría sido contactado nuevamente por el secretario de Transporte Ricardo Jaime para pedirles que se reincorporen a la lista de interesados. Una fuente de ese grupo negó conocer esa gestión pero no descartó que « podamos formar parte, pero en un porcentaje muy minoritario, de algún grupo de empresas nacionales que compren parte de Aerolíneas. Como dijimos hace algunos días, la situación es muy dinámica y se modifica todo el tiempo. Pero hoy no hay nada».
De todos modos, la pretensión de Marsans es mantenerse como la primera minoría privada; según el esquema al que aspiran llegar los españoles, el Estado aumentaría su participación a 20%, algunas provincias comprarían 5% y los empleados recibirían otro 5% -que pagaría el gobierno-. Del restante 70% que permanecería en manos privadas, Marsans quiere 51%; en términos absolutos equivale a 35,7% del total de acciones; los socios locales recibirían, entonces, 34,3%, pero con la certeza de que conducirán la compañía.
En este panorama, lo más probable es que Aerolíneas pase a ser manejada desde el despacho de Jaime, a quien apoya básicamente el gremio de los pilotos (APLA), cuyo secretario general Jorge López Tamayo y su segundo Pablo Biró declararon ayer a varias radios que « nacionalizar Aerolíneas Argentinas será bueno para el servicio, siempre y cuando haya inversión y gestión. No conocemos a la parte que va a comprar 60 por ciento (sic), pero si quiere intervenir en este negocio va a tener a los trabajadores de su lado, siempre y cuando inviertan y gestionen para una empresa mejor». En otras palabras, casi una garantía de «paz social» para los nuevos gerenciadores, algo que a los españoles nunca se avinieron a concederles.
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