6 de septiembre 2007 - 00:00

Esplendor de moda chavista

Cristina estrenó boina chavista en inauguración de horno en Siderar. Justo el día en que el venezolano desiste del Mercosur.

Luis Betnaza (Techint), Daniel Scioli, Néstor y CristinaKirchner y Paolo Rocca cortan las cintas del Alto Horno 2«Evita» en la que fue la planta de SOMISA.
Luis Betnaza (Techint), Daniel Scioli, Néstor y Cristina Kirchner y Paolo Rocca cortan las cintas del Alto Horno 2 «Evita» en la que fue la planta de SOMISA.
El presidente Néstor Kirchner aseguró que el año cerrarácon un crecimiento de 8%; lo hizo en el marco de su periplo de esta semana por el mundo empresario. «Estoy seguro de que se viene el sexto año de crecimiento, y ya creo que este año vamos a crecer a más de 8%», dijo en San Nicolás, adonde viajó -junto con su esposa Cristina, ataviada a cuadros rojos y negros y boina colorada que podría ser a la vez chavista y conservadora- para poner en marcha el Alto Horno Nº 2 «Evita» que reconstruyó Ternium/Siderar en la que fue la planta de SOMISA, a un costo de u$s 600 millones.

Allí Paolo Rocca, que encabeza el grupo Techint ( accionista principal de Ternium) confirmó inversiones por u$s 850 millones en los próximos cuatro años, un dato que les había confiado al propio Kirchner y a Hugo Chávez en ocasión del último viaje del presidente de Venezuela a Buenos Aires.

La decisión de Rocca de ampliar aún más la planta de laminado de San Nicolás y la euforia presidencial por sus anuncios son la contracara de las críticas formuladas por el gobierno al empresario, al que le imputaron (reservadamente) invertir sólo en el exterior, tras un raid de adquisiciones en el que se quedó con siderúrgicas en México y Estados Unidos.

La pareja presidencial llegó al aeródromo de San Nicolás en el avión de la gobernación bonaerense; allí los aguardaba un helicóptero de Presidencia que los llevó hasta el helipuerto de Siderar. Los acompañaron, entre otros, el vice Daniel Scioli, el gobernador Felipe Solá y los ministros Miguel Peirano (Economía), Julio De Vido (Planificación), Ginés González García (Salud) y Carlos Tomada (Trabajo). Por Ternium estaban Rocca, su hermano Gianfelice Rocca (que vive en Milán y tiene a su cargo las operaciones de México e Italia), su mano derecha -Luis Betnaza y el director- general de Ternium, Martín Berardi.

Todos juntos fueron hasta el flamante alto horno, lo miraron de lejos y volvieron a la megacarpa donde ya estaban instalados 500 invitados, entre personal de la planta, empresarios amigos: el presidente de la UIA Juan Carlos Lascurain, Adrián Kaufmann Brea de Arcor, el textil José Ignacio de Mendiguren, el autopartista José Luis Basso, Osvaldo Rial (UIPBA), Roberto Urquía (Aceitera Deheza), Roberto Domenech (COPAL) y el naviero Horacio Martínez.

  • Elogios

    A la hora de los discursos, Kirchner calificó a Rocca -a quien repetidamente llamó «querido Paolo»- como «uno de los tres mejores empresarios del país». Y a pesar de que no aclaró cuáles eran los otros dos, diferenció a los « empresarios serios» de los que «apuestan a triunfar en el desastre».

    En lo político, aseguró que el próximo gobierno (que aseguró estará encabezado por su esposa) marcará «una nueva institucionalidad» y garantizó que el crecimiento económico superará «8% ciento anual». Garantizó que «Cristina desde el gobierno y Scioli como gobernador van a profundizar las convicciones para construir este país con justicia, con equidad y con industria nacional, un país para todos».

    Por su parte, Rocca, tras recordar que la planta había sido obra del General Savio y pensada como empresa mixta en 1947, casi al mismo tiempo que su abuelo Agostino Rocca se lanzaba con Techint en la Argentina, dijo que «TerniumSiderar refleja hoy las herencias de esas historias paralelas. Es una empresa privada que cuenta entre sus accionistas a sus trabajadores y que mantiene viva la misma vocación por la inversión».

    Agregó que con la apertura del alto horno «completamos dentro de los plazos originales un plan de inversión de más de u$s 600 millones destinado a aumentar nuestra capacidad productiva e introducir mejoras para producir materiales cada vez más sofisticados destinados a nuestros clientes en todo el mundo».

  • Proyección

    Destacó que la planta volvió a operar con dos hornos tras quince años, y se tomó un minuto para homenajear a su padre Roberto y a su hermano Agostino, ambos fallecidos, tras lo que confirmó que en los próximos cuatro años « planeamos llevar la producción de acero de esta planta de 2,8 millones a 4 millones de toneladas/año de productos siderúrgicos, con una inversión de u$s 800 millones».

    El plan prevé la instalación de una nueva máquina de colada continua, la ampliación del puerto, la modernización de las coquerías y las plantas de subproductos y la potenciación del laminador en caliente, entre otras obras. Rocca aseguró que la expansión «creará alrededor de 3.000 puestos de trabajo durante su construcción y nuevos puestos de trabajo permanentes en la planta y su zona de influencia».

    Después siguieron varios párrafos laudatorios del Presidente y su política industrialista, referencias a la expansión de Ternium en la región (no dijo nada de la ayuda recibida del Presidente para que Chávez no le expropiara Sidor) y del preocupante crecimiento de China como potencia manufacturera. «No podemos crecer exportando materias primas e importando productos industriales desde otros continentes», enfatizó.

    Después, tanto en el VIP como en la carpa general, hubo empanaditas, picada criolla y helados; todo sin alcohol, como para reafirmar la tradicional austeridad de los Rocca.
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