24 de junio 2020 - 00:00

Guzmán dijo que después de BlackRock será el turno de negociar con el FMI

El ministro y el CEO del poderoso fondo tuvieron ayer participaciones públicas. Pero Fink no hizo referencias a la Argentina.

Martín Guzmán y Larry Fink

Martín Guzmán y Larry Fink

El juego de acercamientos y diferencias entre Larry Fink, CEO de BlackRock, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, sumó un nuevo capítulo. Ambos tuvieron ayer apariciones públicas e hicieron declaraciones sobre qué se puede esperar del impacto económico del Covid-19. Pero mientras el hombre fuerte de uno de los fondos de inversión más importantes a nivel global no destinó tiempo a referirse a la Argentina, el funcionario del equipo de Alberto Fernández aseguró que la negociación con el grupo Ad Hoc (del cual BlackRock es parte) fue “dura” y que tiene la sensación de que los acreedores no hicieron “su parte”.

Aprovechó además Guzmán para adelantar aspectos de la estrategia que se seguirá con el Fondo: “Un nuevo acuerdo con el FMI va a tomar tiempo porque tiene que tener la legitimidad de la sociedad”, desatacó.

La lectura de Fink sobre la manera en la que la economía cambiará a raíz del coronavirus fue el enfoque de la entrevista que le hicieron al ejecutivo en Bloomberg TV. El titular de BlackRock consideró que la economía va a “tardar un tiempo para volver a los niveles de 2019” y aseguró que algunas industria van a recuperarse más rápido que otras, pero que es imposible saber cuáles porque todavía no se termina de conocer el “impacto real en los pequeños negocios”.

Las tensiones entre la economía y la protección de la salud se engloban, según Fink, en dos posturas: una más “compasiva”, que tiene en cuenta las restricciones para mantener a raya el nivel de contagios, y una más “pragmática”, que acepta niveles más altos de circulación del virus. “Ahora mismo el mercado está buscando una sociedad más pragmática, que está aceptando niveles de infección más altos (que pueden derivar en un aumento de mortalidad). Tiene que haber un balance de cuánto la sociedad puede soportar el incremento de los niveles de infección, que en algunos casos puede ser bueno porque probablemente más población tenga anticuerpos”, consideró Fink. Según su análisis, es esperable “tener una economía más normalizada pronto”. “Y creo que el mercado lo está validando por los precios”, fue el argumento del CEO.

¿Cuál puede ser el impacto del coronavirus en las inversiones de BlackRock? A esa pregunta Fink respondió que “el riesgo de salud es un riesgo económico”. En ese contexto, advirtió que la pandemia “elevó” el nivel de demanda de sustentabilidad a las empresas y que a partir de esta crisis deberán las compañías tener otro rol, sobre todo por la influencia de las personas más jóvenes en el mercado de trabajo. “Nuestros clientes eligen empresas que ellos creen que tienen ideales sociales y medioambientales. Y creo que esto solo se va a acelerar”, consideró. Si bien empleó el término que el Gobierno argentino utiliza para referirse al proceso de reestructuración de la deuda (sustainability), Fink no hizo ninguna alusión al proceso de negociación con la Argentina.

Negociaciones “duras” y rechazo de las CAC

En la vereda opuesta se ubicó el ministro Martín Guzmán, que participó ayer de un evento del Consejo de las Américas. A través de videoconferencia, el funcionario abordó dos temas: las políticas implementadas por la administración nacional para enfrentar al Covid-19 y el proceso de negociación de la deuda externa. Fue en este segundo aspecto en donde las definiciones del ministro hicieron alusión a la rudeza del fondo de inversión norteamericano.

“El grupo Ad Hoc ha sido más duro. Teníamos la sensación de que hacíamos nuestra parte y del otro lado no”, describió el funcionario. Guzmán consideró que el pedido de este grupo de reponer la cláusula Indeture 2005 (llamada también “cláusula de acción colectiva”) “no es algo en lo que Argentina se pueda comprometer”. Es la primera vez que Guzmán se refiere públicamente a las cuestiones legales que alejan las posiciones en esta etapa de las negociaciones. Como contó Ámbito la semana pasada, las diferencias actuales con los bonistas están más en el terreno legal que económico.

La enumeración de los efectos negativos de la pandemia en la economía argentina puede interpretarse también como una advertencia del ministro a los bonistas externos. Guzmán consideró que las medidas implementadas por el Gobierno “tienen un gran costo fiscal” y que “hubo un crecimiento de los gastos pero también provocó una caída de los ingresos”. “Ahora estamos en una situación mucho más delicada que antes del Covid, cuando empezamos a negociar nuestra deuda”, dijo.

A pesar de las diferencias, el ministro se mostró “confiado” de que finalmente se llegue a un acuerdo. “Esperamos seguir las discusiones. Nuestra posición tiene la legitimidad de nuestra sociedad y de la comunidad internacional”, remarcó varias veces.

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