24 de julio 2007 - 00:00

Kirchner dispendioso: aumentó 45% el gasto público en sólo un año

• Comenzó a impactar en las cuentas públicas la crisis energética por las compras de fueloil que debe hacer el gobierno para generar electricidad • Pero todo está enmarcado en un desborde generalizado del gasto, con un aumento de 45% en la comparación interanual • El Ministerio de Economía informó ayer que el superávit en junio subió 2,6% • Pero para ello incorporaron como ingresos el dinero de los afiliados a las AFJP que se pasaron al régimen estatal; un artilugio casi del estilo del INDEC • Nada hace suponer que cambie esta tendencia dispendiosa en lo que resta del año, con subsidios y partidas especiales que no se le niegan a nadie • El menor ahorro del Estado coincide con un momento difícil para el gobierno en lo financiero: por la caída de los mercados no puede emitir bonos, y para ello debe raspar los fondos existentes en el Banco Central y en la ANSeS.

Kirchner dispendioso: aumentó 45% el gasto público en sólo un año
El superávit primario resultó en junio mucho menor que lo esperado, debido a un aumento en los gastos mensuales por la compra de fueloil derivada de la crisis energética. También por los giros de más fondos para sostener las obras en las centrales eléctricas. Para estos destinos se destinaron entre $ 1.000 y 1.200 millones más, lo que terminó afectando el ahorro público.

En total, el superávit llegó en junio a los $ 2.302,2 millones, sólo 2,6% más que el mismo mes del año pasado, cuando había sido de $ 2.243,2 millones. El dato final fue muy inferior al que esperaban los analistas privados, quienes, según la encuesta del Banco Central, estimaban en promedio $ 2.834 millones. Incluso, en las últimas semanas, algunos informes hablaban de un nivel de ahorro superior a los $ 3.000 millones, a partir de los buenos datos de la evolución de la recaudación.

La variable que mejor continúa funcionando para el gobierno es la recaudación impositiva, que, según los datos ya anunciados por la AFIP, creció el mes pasado 30%. Además, hay que contabilizar para el cálculo del ahorro de junio los ingresos provenientes de la reforma previsional aprobada en abril, que le aportaron al sector público unos $ 1.286,1 millones extras. Estos fondos se deben al traspaso al sistema de pensiones público de trabajadores que enviaban sus aportes a fondos de jubilación privados.

  • Aumentos inéditos

  • Si no se tuvieran en cuenta estos ingresos extraordinarios provenientes de la reforma previsional, el superávit habría sido de aproximadamente $ 1.010 millones en junio. En ese escenario, el ahorro del gobierno hubiera sido el menor desde diciembre pasado (cuando por cuestiones estacionales la cifra llegó a 280 millones).

    El problema fiscal en junio se debió fundamentalmente al alza en el gasto, que registró niveles de incrementos inéditos. El capítulo de gastos corrientes mostró un total de $ 11.345 millones, lo que implica un alza de 24% en un año. Sin embargo, el dato más preocupante es el alza en las transferencias corrientes, donde en junio se llegó a los $ 2.378 millones, un 53% más que en el mismo mes del año pasado, y más de 100% por encima que mayo de este año. El gasto primario antes del pago de intereses creció 45%.

    Las principales erogaciones se debieron fundamentalmente a la necesidad de incrementar las importaciones de fueloil para reemplazar el gas en las centrales termoeléctricas, de manera de liberar fluido para los hogares, en medio de una crisis energética. Además, el Ejecutivo tuvo que girar más recursos para aumentar las inversiones de capital en las centrales ubicadas en Campana y Timbúes, además de para acelerar las obras para la central nuclear de Atucha 2. Serían, en total, $ 1.200 millones.

  • Jubilaciones

    También aumentaron en junio los gastos referidos a los pagos de jubilaciones, debido a los aumentos nominales lanzados por el gobierno en marzo y a la mayor cantidad de personas que ingresaron a este sistema a través de jubilaciones anticipadas y de la moratoria previsional.

    Con este panorama, en el primer semestre del año -según el informe del Ministerio de Economía, conducido por Miguel Peirano- los ingresos sumaron $ 75.048 millones, contra erogaciones por $ 58.412 millones, lo que dejó un resultado económico superavitario de algo mas de $ 16.600 millones. En este caso, los ingresos aumentaron unos $ 20.700 millones y las erogaciones, casi $ 19.000 millones. Con un superávit primario de $ 14.324 millones en el primer semestre, el margen positivo se encuentra en 30% más que lo estimado originalmente para el período.

    Si se traslada la tendencia para todo el año, aun teniendo en cuenta el incremento de los gastos de junio debido a la crisis energética, el superávit alcanzaría los $ 25.000 millones, lo que implica superar el 3% del PBI. Podría incluso, si la recaudación se mantiene firme y no hay nuevos desvíos de fondos para erogaciones fuera de presupuesto, llegarse a 3,5% del PBI. Sin embargo, esta meta no se alcanzaría si continúa la crisis energética (con lo que el gobierno tendría que continuar incrementando sus importaciones de fueloil). Como contrapartida, una suba en el mínimo no imponible de Ganancias no tendría consecuencias negativas fuertes, ya que la baja en lo que se recibiría por este impuesto sería compensada por mayores ingresos desde el IVA por el aumento de consumo que se espera. Es lo que sostiene el gobierno.

    Para este año, la Ley de Presupuesto prevé un superávit fiscal primario de $ 21.821 millones y un resultado financiero superavitario de $ 7.134,1 millones. Las cuentas del Estado nacional cerraron 2006 con un superávit fiscal de $ 23.157,9 millones.
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