Los bonos "cortos" siguen rindiendo hasta 36% anual
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El BONTE 2003, otro título corto, también permite al inversor asegurarse una excelente tasa, a pesar de la recuperación de los precios: 35,84% anual. «Es muy atractivo, porque como vence dentro de un año y medio se puede llevar realmente ese rendimiento», explicó un broker local.
Miguel Iribarne, analista de Mercado Abierto, señaló que «en la plaza pasan algunas cosas que no se entienden. Por ejemplo, el BONEX '92 tiene vencimiento en setiembre del año próximo y rinde sólo 12%. Otro título que vence tres meses antes tiene tasas superiores a 35%». En este sentido, el comportamiento histórico del gobierno argentino de respetar el pago de los BONEX es un factor que tranquiliza al inversor.
Los bonos argentinos más largos continúan con sus valores deprimidos y ofrecen buena tasa de rendimiento, aunque inferiores a los más cortos. Un Global 2008, el principal título del megacanje, da 25,06% y el 2017 da 21,79% anual. El 2031, el papel de mayor duración que tiene el país, deja 18,38%.
«Es lógico que ocurra este fenómeno. Si el gobierno no es capaz de devolver la deuda, los que no se pagarán serán los bonos de corto plazo. Los de mayor duración no sufren tanto», aclara Iribarne.
Esta es la principal explicación para la curva de riesgo «invertida» que tiene el país. La incertidumbre es mayor en lo inmediato, pero desciende a diez o quince años vista. Sin embargo, la mejora de cotización de los títulos de menor duración provocó que las diferencias de tasa con los papeles más largos se achicara considerablemente. La diferencia, de todas formas, aún es grande.
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