Tal como lo preveían análisis de consultores privados, en febrero el Sector Público Nacional (SPN) volvió a sufrir un mayor nivel de deterioro de sus cuentas, lo que puso al Gobierno al borde de un incumplimiento de la meta fiscal del primer trimestre acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Luego del mal resultado de febrero, se complica cumplir la meta fiscal del primer trimestre
En febrero hubo un déficit primario de $228.134 M que sumado a los $204.000 M de enero dejó un margen de menos de $10.000 M para alcanzar la meta de $441.500 M. Massa debería hacer un ajuste real del gasto del 15%. Sugieren negociar con el FMI.
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En los dos primeros meses del año el déficit primario alcanzó a los $432.072 millones, lo que deja para marzo un margen de apenas $9.427 millones para mantenerse dentro del objetivo del primer cuarto del año de $441.500 millones.
“En el primer bimestre de 2023 prácticamente consumimos toda la meta de déficit primario del acuerdo con FMI para el primer trimestre de 2023, que era muy holgada. Hay que despedirse de las metas fiscales 2023, no metemos ninguna”, aseguró el economista Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma.
Según informó el Ministerio de Economía en el segundo mes del año el SPN registró un déficit primario de $228.134 millones. Los ingresos totales alcanzaron los $1,57 billones, con una baja real del 5,7% afectados principalmente por el desempeño de los tributos asociados al comercio exterior que incluye el impacto de la sequía. Por otro lado, el gasto en el mes sumó $1,79 billones con un incremento real del 1,3%.
Caamaño consideró que el Ministerio de Economía “hipotecó” las metas del primer cuarto del 2023 al anticipar la liquidación de los exportadores a través del dólar soja y “patear” el pago de gastos de diciembre para enero. De hecho, el primer mes que estacionalmente es superavitario o levemente deficitario, este año registró un nivel de quebranto elevado, debido a lo que se denomina “deuda flotante”.
El titular de la consultora Ledesma estimó que para que Sergio Massa pueda encarrilar la situación, tendría que ejecutar a lo largo de este mes una baja real del gasto del 15,9%, siempre que los ingresos muestren el mismo nivel de comportamiento de febrero. En las proyecciones de la consultora Ledesma, los ingresos de marzo deberían llegar a $1,994 billones, mientras que los egresos a $2 billones. En el primer caso, la caída sería del 8,5%, mientras que en el segundo sería de 15,9%.
El economista advirtió que “la decisión de política económica de hipotecar el primer trimestre de 2023 al cierre de 2022 se hizo conociendo los factores y riesgos”, debido a que según indicó “ya se sabía que la cosecha gruesa no iba a ser buena” como consecuencia de la sequía que ya estaba ocurriendo al cierre del año pasado.
Es de suponer que en abril, cuando el Gobierno argentino se siente nuevamente con las autoridades del FMI para revisar las metas de reservas internacionales, haya que incluir las metas fiscales.
Nadín Argañaraz planteó en un reciente trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) que “sería consistente que el FMI adapte la meta fiscal a la sequía, ubicándola por encima del 1,9% del PBI”. “La nueva meta podría ser de 2,4% del PBI, considerando que la severidad de la sequía anticipa una pérdida mínima de ingresos fiscales para el Tesoro nacional de 0,5 puntos porcentuales del PBI”, señaló.
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