Brasilia (EFE, ANSA) - El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó ayer a México pocos días después que su colega Néstor Kirchner, pero, a diferencia de éste, no propondrá la adhesión de México al Mercosur.
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El canciller brasileño, Celso Amorim, afirmó pocas horas antes de embarcarse con Lula da Silva rumbo al Distrito Federal, que no es el momento de que México se incorpore como nuevo miembro pleno del grupo sudamericano.
El ministro de Relaciones Exteriores brasileño propuso durante una conferencia de prensa en el Palacio de Itamaraty que México continúe como «observador casi permanente» del Mercosur y en un plazo no determinado alcance el estatus de «miembro asociado», tal como es actualmente Chile, lo cual apenas otorga voz, pero no voto en las decisiones del bloque.
Amorim expresó la posición brasileña junto a su colega argentino, el canciller Jorge Taiana -que se encuentra de visita en Brasil-, quien había planteado que su país ve con simpatía la inclusión mexicana en el Mercosur.
Las divergencias entre brasileños y argentinos sobre ese punto se arrastran desde hace años y se explican en las relaciones de poder regionales. A pesar de que en su visita a México la semana pasada Kirchner invitó mediante un llamado formal al país azteca a convertirse en aliado pleno del bloque, su incorporación no sería posible a menos que renuncie al NAFTA.
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