Tras el aumento de 4% en las retenciones a las exportaciones de soja y sus derivados y la presión sobre los productores para que comercialicen la hacienda en el Mercado de Liniers, el gobierno enfrenta ahora un escenario complicado que podría terminar con un nuevo paro agropecuario.
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A las presiones sobre el Mercado de Liniers, la respuesta de los productores no se hizo esperar: ayer a la mañana entraron tan sólo 1.475 animales. En los primeros quince días del año ingresaron apenas 43.686 cabezas de ganado al mayor centro concentrador de la Argentina, poco más del número habitual para una semana.
Es que ante la intervención oficial en el Mercado, muchos productores prefirieron engordar sus animales en los campos, aprovechando la época de pasturas, mientras otros los vendieron en remates en el interior del país.
En este contexto de intervenciones en los mercados de carnes y de granos, varias entidades representativas del campo decidieron adelantar las reuniones de sus comisiones directivas para «evaluar los pasos por seguir».
Confederaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), que forma parte de CRA presidida por Mario Llambías, se manifestó en contra de una medida de fuerza tan extrema como un paro agropecuario porque «las vacas siguen comiendo y las plantaciones creciendo», aunque en las movilizaciones anteriores se mostró a la cabeza de los reclamos.
La entidad afirmó que está dispuesta a «agotar las medidas de protesta que hagan entrar en razones a quien con arbitrariedad está produciendo la destrucción de la producción», es decir el gobierno.
Pese a que Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro aún no definieron cuáles serán esas medidas de protesta, entre los productores crece el malestar y no se descarta un nuevo paro agropecuario.
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