Miceli espera a la UIA: ya se habla de subsidios nuevos para la industria
Los dirigentes de la UIA irán hoy al despacho de Felisa Miceli con una lista de pedidos. El primero, advertirle que el tipo de cambio -por los aumentos salariales- ya no es tan competitivo. Nada les alcanza. La falta de energía les preocupa también, y como saben que en el futuro deberán pagar más por el gas y la electricidad (sea por el plan Energía Plus o por subas tarifarias), ya debaten la posibilidad de rogar por nuevos subsidios. Discutían ayer si plantearlo hoy a la ministra: tal vez suspendan sus habituales pedidos por el ataque de Kirchner a TGN y TGS.
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Juan Carlos Lascurain
Algunos de los presentes llegaron inclusoa plantear la necesidad de reclamar subsidios para compensar los futuros (e inevitables) aumentos de tarifas.
Sin embargo, si se decidió hacerlo, los participantes del encuentro se juramentaron a no revelarlo. Las razones son al menos dos: no quieren que Miceli se entere por los diarios (al menos por éste) de la agenda que llevarán los industriales a su despacho; la segunda es que saben que se trata de un tema del área de Julio De Vido y no de Miceli, y temen que la ministra se niegue a tocarlo justamente para no empeorar la ya mala relación que tiene con su compañero de gabinete.
La delegación que irá hoy a Hacienda estará compuesta por Lascurain, Nicholson, Mendiguren, Kaufmann Brea, Sacco y el recién llegado del exterior Luis Betnaza (habría estado en Venezuela negociando con el chavismo una rebaja en los tubos para la industria petrolera que fabrica Sidor para que a Techint no se la expropien).
Al revés que con el tema energético, los industriales no ocultan que volverán a pedirle a Miceli más financiación a menos tasa y a mayor plazo para «financiar el crecimiento», o sea créditos subsidiados. La ministra pecó de exceso de optimismo durante la asunción de Lascurain, cuando poco menos que prometió la refundación del tristemente recordado BANADE. Desde entonces (¿orden presidencial?) no se la escuchó proferir ni una sola sílaba más al respecto. Los dirigentes plantearán que lo que importa «no es el instrumento (o sea el banco), sino la disponibilidad de fondos para el crecimiento». El argumento será entonces: crisis energética más falta de financiación igual a desaceleración del crecimiento.
De todos modos, y a pesar del sigilo con que intentan manejar la agenda de hoy, los industriales igual podrían quedarse sin verse con Miceli: la ministra estaba ayer aquejada por una gripe feroz.
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