• Trascendió ayer el nombre de la entidad a la que el BCRA dio el «ladrillo» con 100 mil pesos y 30.000 dólares que terminó en el armario de Felisa Miceli • Es la Caja de Crédito Cuenca SA • Ayer, el fiscal Marijuán hizo una inspección ocular en el Central • Diputados preparan un show para el martes en el que mostrarán las acusaciones pendientes y los pedidos de interpelación a la ministra • Horacio Miceli, su hermano, y quien en teoría prestó los fondos incluidos en el sobre, posee una empresa de taxi aéreo y un laboratorio para productos «no éticos» • Sobre él avanza otra investigación impositiva.
Si el personal de seguridad de una empresa encuentra dinero en un armario o en el cajón de un gerente, lo primero que hace es comunicárselo.
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Pero si además los fondos se encuentran en un armario cerrado y dentro de un sobre, jamás los abriría. Por ello llama la atención la profundidad de la requisa de la Brigada de Explosivos, que constituyó un acta por el dinero hallado -en realidad podrían haber sido dos- y que se lo comunicó antes al ministro del Interior, Aníbal Fernández -demoró el aviso, además-, que a la propia Felisa Miceli.
La investigación judicial avanza más allá de esta curiosidad política inicial del escándalo. Ayer, el fiscal Guillermo Marijuán efectuó una inspección ocular, «sin tocar papeles», en el Banco Central. Allí se quiso interiorizar de la ruta del « ladrillo», nombre con que se conoce en la jerga a los billetes termosellados agrupados en diez fajos y que conforman los $ 100.000 encontrados, junto con los 30.000 dólares. Ya el martes se había enterado de que el Banco Central entregó ese «ladrillo» con la numeración «030» a la empresa de caudales Prosegur con destino a una entidad financiera que se mantuvo en estricto secreto sin demasiado sentido. Se trata de la Caja de Crédito Cuenca SA (los accionistas son Teodoro Londner, Salomón Garber y Miguel Rutenberg). ¿Sacó de esta entidad el dinero Horacio Miceli, el hermano de la ministra, para luego, generosamente, prestárselo para una operación inmobiliaria? No necesariamente, y de ello es de lo que se anotició
Marijuán. La transportadora de caudales que recibió el « ladrillo» del Central bien pudo haberlo derivado a otra entidad con la que Cuenca tenía deudas. Se hace habitualmente este tipo de compensaciones entre entidades para ahorrarse viajes.
Es una traba para la investigación. Pero el camino del «ladrillo» no es el único que se recorre. Se está analizando la situación fiscal del prestamista a tasa cero de la ministra, Horacio Miceli. Sus actividades empresariales son bastante abarcativas. Posee una empresa de taxi aéreo, llamda Flugel Aviación S.R.L. y que cubre lo que se llaman viajes sanitarios, explotando el negocio de las atenciones de urgencia. Además, es accionista principal del laboratorio Wierhom Pharma, especializado en los medicamentos no éticos o de venta libre a cualquier persona. Un único producto da vigor a su facturación: el sildenafil, una suerte de «fondo anticíclico», que compensa disfunciones sexuales masculinas.
Generoso
Ayer, en Casa de Gobierno, Néstor Kirchner fue más generoso en el apoyo explícito a Felisa Miceli, a la que ya había subido al Tango 01 el lunes rumbo a Tucumán. En el acto de anuncio del Fondo de Garantías de Seguridad Social ubicó a la funcionaria a su izquierda e inclusive le cedió la palabra, tras varias jornadas de silencio obligado.
Judicialmente, mientras, Miceli prepara su defensa. Contraatacará con una presentación espontáneaque seguramente se hará el próximo lunes. En ésta, que casi está completa, mostrará -según su visión- todo lo necesario para eliminar sospechas sobre la bolsa con efectivo en su baño. Algo así como cuando, inculpada por el caso Greco, se autodenunció.
Quien la víspera dio un inusual apoyo a la ministra fue su ex amigo Roberto Lavagna. Estaban enfrentados -o unidos mejor dicho- por el caso Greco, en el que ella firmó el proyecto de ley con el pago y él no apeló la medida judicial que lo disponía. El candidato a presidente señaló que el escándalo de estos sobres estaba generado «por internas en el gobierno» y que «se debía dejar actuar a la Justicia». En definitiva, hasta podría culparse a Domingo Cavallo: fue en su gestión, en 1994, cuando se decidió la construcción del baño con el armario y una duchas para hacer más llevadera y fácil la gestión de un ministro de Economía en la Argentina. También para guardar provisiones en sus armarios.
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