14 de noviembre 2025 - 15:10

Monotributo: un régimen afianzado entre los pequeños contribuyentes y difícil de reemplazar

Este Régimen Simplificado constituye desde su implementación, con sus más y sus menos, una modalidad de formalización y, por ende, de tributación.

El monotributo permite la formalización de las actividades

El monotributo permite la formalización de las actividades

El jefe de Gabinete y vocero presidencial, Manuel Adorni, pidió tratar con cautela todo lo relativo a las reformas que encara el Estado, en torno a la modernización laboral y su eventual vinculación con la eliminación del monotributo. "Cualquier afirmación sobre una medida que no salga de los canales oficiales es, a priori, falsa; como lo del monotributo", afirmó el funcionario.

No obstante, el Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes, habitualmente llamado monotributo, aparece como un tributo más dentro del sistema impositivo y, por ende, es revisable.

Más allá de la potencial recaudación que aporta, la creación de este régimen se inscribe en un tratamiento diferenciado para pequeños contribuyentes, quienes tributan sobre una base presunta un componente impositivo (que incluye Ganancias e IVA) y otro previsional, más aporte a obra social, de corresponder.

A grandes rasgos, estos conceptos conforman hoy el pago de un monotributista, luego de numerosas modificaciones desde su implementación.

A favor y en contra

Como todo tributo, tiene sus pros y sus contras. Al monotributo se lo critica por permitir atomizar actividades para ocultar un emprendimiento detrás de varias personas y por encubrir verdaderas relaciones de dependencia, un esquema que, vale recordar, también aplicaron distintos niveles de gobierno.

Pero, por otro lado, permitió la formalización de un gran número de sujetos que estaban en la marginalidad tributaria y hoy son contribuyentes.

En gran medida, por la comodidad del pago unificado –como se señaló–, ya que si cada carga se tributara individualmente, el contribuyente debería asumir una estructura administrativa mucho mayor que la que requiere un régimen simplificado.

La determinación del monto a pagar sobre base presunta (aunque merezca una discusión sobre la equidad) también es un factor que facilita la tributación.

Hay más, pero lo cierto es que se trata de un régimen que se encuentra afianzado en el país, más allá de lo que piense el FMI. Incluso generó una suerte de conciencia tributaria. En rigor, el monotributo logró extenderse a un abanico muy diverso de sujetos, desde profesionales hasta artesanos, pasando por innumerables prestadores de servicios.

De ahí la gran cantidad de inscriptos en el régimen: muchos buscaron formalizar su actividad y, de otro modo, estarían en la marginalidad. Está claro que hay mucho por hacer en torno a la evasión, pero el monotributo puede colaborar en ese sentido.

Una hipotética propuesta de eliminar el monotributo –“a priori” falsa– no se resume solo en derogar una ley y sus normas reglamentarias o complementarias. Implicaría instrumentar un nuevo tratamiento para ese universo de contribuyentes, que pasarían a tributar por el régimen general; en principio, Ganancias Simplificado, Autónomos (lo que significaría un aporte previsional mayor al actual) y, además, IVA.

No hay que olvidar que el verdadero origen de esta figura tomó estatus definitivo cuando reemplazó al Responsable No Inscripto en IVA (RNI), el antecedente del régimen para pequeños contribuyentes que fue eliminado del Impuesto al Valor Agregado. Desde ese momento, solo se puede ser responsable inscripto o monotributista.

En suma, habría que evaluar si es necesario un cambio para los pequeños contribuyentes, frente a un régimen que, con sus más y sus menos, funciona y acumula experiencia suficiente como para seguir perfeccionándolo. También habría que considerar si una reformulación del esquema implicaría una mayor carga tributaria para ese sector.

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