13 de agosto 2007 - 00:00

No es por el dinero, es por la confianza

No es por el dinero, es por la confianza
Tal vez la mejor manera de explicar lo que está ocurriendo sea recurrir a una analogía. Cuando un pozo se incendia en un campo petrolero y las cosas se salen de las manos -no se lo puede controlar con métodos tradicionales-, la manera de apagar el fuego es colocando explosivos en centro de las llamas, confiando en que la explosión consumirá en apenas un instante el oxígeno suficiente como para terminar con el desastre. Siendo el último recurso disponible si no funciona la primera vez, se insistirá tanto como haga falta y mientras los expertos le vean alguna chance (lo que sigue es que el fuego se acabe solo). Claro que esta estrategia involucra peligros, y el mayor es que el fuego se desplace hacia abajo donde no lo vemos, incendiando todo el campo petrolero, lo que generaría un pandemonio con cientos o miles de bocas llameantes. Esta explicación ha sido un poco larga, pero grafica el escenario y la estrategia que enfrentan la Fed, el Banco Central Europeo y los principales reguladores financieros del mundo.

  • Inyección de fondos

  • Los gestos y palabras ya no alcanzan; entonces la idea es inyectar fondos de manera masiva (sin discutir si el camino tomado es el mejor o no -esto de echarle fuego al fuego- es bueno que la Fed actúe), con la esperanza de que esto frene la crisis (la crisis -"el pozo"- es que por desconfianza -no por falta de dinero- desapareció el crédito a corto plazo).

    El peligro es nadie sabe con certeza cuántos "pozos incendiados" hay, y así como los responsables no supieron ver lo que se venía (o si lo veían, por "política" no hicieron lo suficiente como para evitarlo), que en algún punto el dinero no sea suficiente -enfrentamos un problema de confianza y no de plata- y se dispare un efecto dominó con resultados impredecibles. Tal vez hoy o mañana todo parezca solucionado, no lo sabemos -eventualmente podrían adelantar el recorte de tasas-; pero harán falta semanas o meses para estar seguros de que lo peor ha pasado. ¡Parece increíble tener que escribir esto cuando en la semana el Dow ganó 0,4% (el S&P 500 1,4%) retrocediendo el viernes un magro 0,23% ¡a 13.239,54 puntos!

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