Roberto Azevedo, director general de la OMC, al lado de Gita Wirjawan, ministro de Comercio de Indonesia.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) aprobó el primer gran tratado para la liberalización del comercio durante la cumbre que se realiza en la isla indonesia de Bali. El llamado "Paquete de Bali", que busca la eliminación global de barreras comerciales, fue aprobado por la mayoría de los 159 países con derecho a voto en la organización, declaró el ministro de Comercio de Indonesia, Gita Wirjawan. Sin embargo, esta fue una versión liviana del enorme programa de reformas que tiene planeado la OMC.
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Argentina apoyó el preacuerdo y condicionó parte de su puesta en práctica a la implementación en los países avanzados. Sin embargo, Cuba, Bolivia, Venezuela y Nicaragua directamente se levantaron de las negociaciones debido al embargo comercial de Estados Unidos en contra de la isla. Frente a esta situación, el director de la OMC, Roberto Azevêdo, postergó las deliberaciones y aclaró que el paquete de Bali no estaba en peligro.
Tras el acuerdo alcanzado, el ente afirmó que se beneficiarán trabajadores en todo el mundo y se crearán nuevos empleos. "El paquete de Bali no es el final, es el principio", dijo el brasileño tras varios días de intensas deliberaciones.
El acuerdo se alcanzó después de que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) dieran su aprobación para que India y otros países puedan hacer excepciones a las reglas de la OMC en la subvención de productos agrícolas para los más pobres. En contrapartida, prevé el establecimiento de medidas para la facilitación del comercio.
No obstante, el acuerdo de Bali solo representa menos del 10% del ambicioso programa de reformas iniciado en Doha pero incluso así, muchos negociadores temieron por el futuro de la propia OMC y del multilateralismo en general en caso de un nuevo fracaso.
El paquete es conocido como "Doha Light", ya que comprende sólo tres pilares: agricultura, con un compromiso de reducir las subvenciones a las exportaciones; la ayuda al desarrollo, que prevé una exención creciente de los aranceles para los productos procedentes de los países menos desarrollados, y la facilitación de intercambios, que pretende reducir la burocracia en las fronteras.
"Es un acuerdo bienvenido pero limitado. Hemos pasado de 'Doha' al 'Doha Light', al 'Doha Light descafeinado'", ironizó Simon Evenett, experto en la OMC de la Universidad de St. Gallen, en Suiza. "No se ha registrado ningún avance serio sobre las subvenciones agrícolas a la exportación, el comercio electrónico o las subvenciones sobre las exportaciones de algodón", recordó.
"Hemos cruzado la meta en Bali pero la carrera no ha terminado", dijo por su parte el ministro Wirjawan. "Tenemos que concluir la Ronda de Doha. Algunos problemas que han sido debatidos aquí en Bali siguen sin respuesta", confesó.
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