“Para este año, estimamos que el déficit primario se ubicará en torno del 2,3% del PBI, mejorando en 4,1 puntos respecto de 2020. Sin embargo, este resultado contabiliza el ingreso extraordinario de DEG por 0,9% del PBI, por lo que el resultado primario en 2021 debería considerarse de 3,3% del PBI, siendo la mejora respecto de 2020 de 3,1 puntos”, señala Ecolatina.
¿Cuáles son los principales desafíos fiscales de 2022?
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“Con este punto de partida, los desafíos de la política fiscal para 2022 son múltiples, dependiendo crucialmente de cuál sea la meta. Resulta claro que cuanto más exigente sea, mayor será el esfuerzo necesario, especialmente considerando la existencia de los efectos inerciales”, advierte la consultora. “Por otro lado, se debe destacar que es difícil que se pueda mejorar el resultado primario por el lado de los recursos. Con un Congreso dividido, es poco probable que el oficialismo pueda impulsar subas normativas, especialmente luego de los aumentos realizados en los últimos dos años. Toda mejora de ingresos debería provenir por una mejora de la recaudación asociada a un mayor dinamismo de la actividad económica, lo que difícilmente suceda en 2022. Si bien existen potenciales alzas -como el fin de algunas exenciones vigentes en el marco de la pandemia- también resulta claro que existen riesgos por el lado del efecto de los precios internacionales en los recursos del comercio exterior”, señala y agrega que “además, considerando que el gasto ajustable por movilidad, salarios y universidades representan 55% del gasto primario, el margen de acción se acota a menos de la mitad del gasto. Es parte es sumamente sensible: comprende subsidios -que implica subir tarifas-, gasto de capital, programas sociales y transferencias a provincias -muchas de las cuales están establecidas por Ley-”.
Arrastre
Al respecto, Ecolatina explica que la movilidad previsional en 2021 fue de menor a mayor: si bien en el promedio anual crecería casi 40% interanual, a diciembre el crecimiento “punta a punta” superará holgadamente el 50% interanual, dejando un importante efecto “arrastre” para 2022. Considerando nuestras proyecciones macroeconómicas, el gasto en movilidad aumentaría algunos puntos por encima del 50% en 2022, lo que podría implicar una leve suba en términos del PBI”. “De esta manera, el cuadro de la política fiscal para 2022 luce desafiante: la mejora en 2021 fue significativa, pero apuntalada por efectos que no estarán en 2022. Esto deja un déficit inercial mayor al registrado este año, pero lo más preocupante es que si bien luce manejable, existen espacios acotados para actuar”, sentencia la consultora.
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