Pekín prometió más dureza contra empresas corruptas
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Ese caso terminó el martes con la ejecución del ex jefe de la Administración Estatal de Alimentación y Medicamentos durante casi una década, Zheng Xiaoyu, fue ejecutado tras ser condenado por corrupción, una sentencia con la que Pekín intentó acallar la presión internacional ante la alarma sanitaria creada por sus productos.
China intentó lavar así su imagen y mostrar mano dura en el combate contra la corrupción de funcionarios, incluso de alto nivel, que no controlan y autorizan productos chinos tóxicos que causaron víctimas en todo el mundo. Las autoridades chinas fueron implacables con Zheng, destituido en 2005 y condenado en mayo por haber aceptado sobornos a cambio de conceder licencias a nuevos fármacos.
Muchos de los sobornos aceptados por Zheng (dinero y regalos) procedían de 8 empresas farmacéuticas a las que benefició especialmente en los casi 10 años que estuvo al mando de la administración, al aprobar medicinas y equipos, según el tribunal.
Zheng violó, además, las normas de información y los procesos de toma de decisiones entre 2001 y 2003, al aprobar una serie de medicamentos fraudulentos y admitir documentos falsos de laboratorios y empresas, según el tribunal.
Esta fue la primera vez en los últimos 3 años que se aplica la pena capital a altos funcionarios.
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