15 de marzo 2022 - 00:00

El Gobierno subirá retenciones (como respuesta a la aceleración inflacionaria en alimentos)

En aceites y harinas de soja subirán del 31% al 33%. Podría incluir más adelante otros rubros. Lo recaudado financiará un fondo para realizar compras públicas de trigo.

Julián Domínguez

Julián Domínguez

Urgido por la aceleración inflacionaria, el Gobierno se apresta a subir las retenciones a derivados de la soja. Será en aceites y harinas, e irán del 31% al 33%. Pero seguramente habrá más. Fuentes de Gobierno le confirmaron a Ámbito que se trabaja con la idea de aplicar incrementos en otras alícuotas, pero sólo aquellas que tienen un margen de suba habilitado en el marco de la Ley de Solidaridad de 2019, que se prorrogará por otros dos años.

La idea que se hilvana para la primera de las medidas tomada con la soja es que estos recursos adicionales puedan contar por hasta unos u$s400 millones y ser parte de un fondo o fideicomiso que permitiría realizar compras públicas de trigo para financiar y subsidiar a pequeños y medianos productores, panificadoras y fabricantes de pastas, para que el incremento en las góndolas motorizado por la suba internacional en el precio del trigo pueda ser aplacado, en parte.

La Ley de Solidaridad pareciera estar balizando el camino que ha elegido el Gobierno, si bien anoche la vocera presidencial Gabriela Cerruti confirmó que no se está evaluando un incremento en trigo y maíz (no tendría sentido porque el grueso estacional ya ha sido vendido al exterior). La norma citada habilitaba al Poder Ejecutivo para fijar los derechos de exportación y llevarlos hasta un tope de 33% para la soja y hasta un 15% para el trigo, el maíz y la carne. En esa línea, mientras que la soja en grano tributa un 33%, el maíz y el trigo lo hacen por el 12%. Para las carnes, el impuesto es del 9%. Por otro lado, la leche en polvo también podría ser evaluada.

En las últimas horas, el presidente Alberto Fernández se reunió en la Casa Rosada con el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez. La misión fue determinar cómo se llevará a cabo el incremento en las retenciones a los subproductos de soja, algunas horas después de haber suspendido el registro de exportaciones de aceite y harina de soja, lo que en muchos ámbitos se lee como la previa a la suba de retenciones.

Dos menciones merecen enhebrarse con lo antes expuesto. Por un lado, como es sabido, la cotización de los commodities ha trepado de forma exponencial, tanto energía como materias primas, a raíz del potencial angostamiento de la oferta a nivel internacional producto del drama humano y productivo repudiable que siempre genera la guerra. La idea del Gobierno es desacoplar esos incrementos y las retenciones siempre han sido parte del herramental para esa tarea. Por otro, desde una mirada fiscalista, la decisión de aplicar mayores tributos implicaría no sólo sumar algunos recursos a las arcas públicas, sino además motorizar algunas de las pocas metas que establece dicho acuerdo, entre las que se cuenta una reducción del déficit fiscal.

Si bien desde las entidades que representan al campo, emitieron un comunicado advirtiendo el rechazo a la medida, la aceleración de la inflación pareciera marcar el paso del Gobierno, como señaló ayer el ministro Guzmán en el Congreso. La urgencia quedará en evidencia hoy cuando el Indec informe el dato de febrero que se espera cercano al 4% para el mes (aunque con un incremento mayor en precios de alimentos), pero seguramente dejará mayor preocupación cuando comiencen a corroborarse datos mucho más elevados para el precio de los alimentos de marzo.

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