14 de junio 2007 - 00:00

Santander y el BBVA ponen todo en venta

El Santander y el BBVA, los dos mayores bancos de España, anunciaron ayer con pocas horas de diferencia su decisión de desprenderse de casi todos sus inmuebles en España, a excepción de sus sedes corporativas. No son los primeros en hacer líquidos enormes activos inmovilizados en propiedades: el grupo Telefónica había hecho lo propio hace algunos meses.

El BBVA, además, afirmó que estudia la construcción de un centro corporativo en Madrid y la venta de «algunas» de sus sedes. Una fuente citada por un diario madrileño afirmó que el banco viene analizando desde hace tiempo levantar un centro corporativo que aglutine todas sus unidades de negocio en Madrid, lo que le permitiría la venta de algunos de sus edificios.

El movimiento también seguiría los pasos del Santander, que construyó una ciudad satélite (con cancha de golf incluida, una de las pasiones de su presidente, Emilio Botín) en las afueras de Madrid, la Ciudad Financiera, para concentrar su «management». Inaugurada hace apenas tres años, tras una inversión de 650 millones de euros, también está en venta. El orgullo de Botín, definida por él mismo como «el campus empresarial más grande del mundo», alberga a 6.700 empleados del grupo, tiene nueve edificios sobre 165 hectáreas.

La única escritura que les quedará a los Botín es la del antiguo edificio Paseo Pereda del Santander, en la capital cantábrica, donde está su sede social desde 1923.

El grupo financiero de los Botín espera obtener unos 4.000 millones euros por la enajenación de sus activos inmobiliarios. De cerrarse la operación en ese monto, a valores contables, representará para el Santander una ganancia bruta cercana a los 1.400 millones de euros. En la oferta están incluidas 1.200 sucursales y 44 edificios «nave insignia» como la Ciudad Financiera de Bobadilla y el palacete ubicado en el madrileño Paseo de la Castellana.

El objetivo de Botín y de sus ejecutivos es hacerse de «cash» para poder pagar su parte en la adquisición del holandés ABN AMRO, que ronda los 20.000 millones de euros. En esa transacción va asociado al escocés Royal Bank of Scotland y al fondo Fortis, pero todavía no está definida (hay otra oferta dando vueltas, del británico Barclays). Sin embargo, fuentes del grupo aclararon que aun cuando no resulten ganadores en la puja por el ABN AMRO, igual se desprenderán de sus propiedades.

  • Beneficio fiscal

    Es que, además de convertir ladrillos en billetes, las ventas representarán tanto para el Santander como para el BBVA un beneficio fiscal no despreciable: los alquileres que pagarán por sus propias sucursales son deducibles de impuestos.

    El resto de los fondos para financiar una posible compra de la entidad holandesa surgirá de la venta de participaciones en otras empresas (no financieras) que les reportarían unos 500 millones de euros; también, de una ampliación de capital por 4.500 millones de euros, la emisión de un bonos convertible en acciones por 5.000 millones de euros y de securitizaciones varias por 8.500 millones de euros.

    La inminencia de la venta del ABN AMRO obligará al Santander a vender casi de inmediato sus propiedades; para ello, ya tienen varias tasadoras evaluando cuánto vale cada una de ellas, informes que se harían públicos la semana próxima. Obviamente, se trata de operaciones de «sell & lease back» (venta y alquiler con opción de recompra), con lo que el banco se asegura su permanencia como inquilino por varios años.
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