Lanzó el gobierno una nueva batería de medidas para mantener el dólar alto, parte vital de la estrategia económica y de la decisión de sostener bajos los salarios, como se ha hecho tradicionalmente en los países asiáticos. Ayer se supo que el Tesoro, luego de ocho meses, volvió a comprar divisas, sacando algo de presión al Banco Central, que era el único que las adquiría. Fueron más de u$s 50 millones y se descuenta que esa intervención continuará en las próximas semanas. El problema es que compras por montos semejantes resultarían insuficientes para compensar los dólares que ingresan al país por liquidación de exportaciones y para volcarse al mercado de bonos. Se agrega, además, a este plan oficial la decisión del Central de impedir que sigan subiendo las tasas, como sucedió el año pasado, ya que eso atraería más divisas al país. El Banco Nación también colabora en la nueva estrategia, mostrándose más activo en la compra de Lebac, con lo cual el Central consigue absorber de manera sencilla los pesos que emite para aumentar sus reservas. Un problema para el gobierno es que erosionó en los últimos dos años su ahorro fiscal con un festival de subsidios,que incluso incrementará en el año electoral. Pero la necesidad de mantener las tarifas congeladas y de impedir subas en los precios de los alimentos, con sistemas de prebendas crecientes, choca con la necesidad de utilizar más recursos para sostener la divisa.
Después de ocho meses, el Tesoro volvió a comprardólares para ayudar al Banco Central a sostener el precio de la divisa y seguirá haciéndolo de manera continua. La semana pasada, por orden de la Secretaría de Hacienda, adquirió algo más de u$s 50 millones con lo cual ayudó a que el dólar se sostuviera en valores cercanos a $ 3,10.
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Tal como publicó Ambito Financiero la semana pasada, existe un acuerdo entre la entidad que preside Martín Redrado y la ministra de Economía, Felisa Miceli, para que el gobierno colabore de manera más activa con el Central. La intención es, por un lado, que no cueste tanto sostener la cotización de la divisa y, al mismo tiempo, limitar en lo posible la emisión monetaria para la compra de dólares, ya que genera más presiones inflacionarias.
Las últimas compras que había efectuado el Tesoro, siempre a través del Banco Nación, eran de mayo de 2006.
El año pasado las compras del gobierno habían sumado apenas u$s 500 millones, contra más de u$s 13.000 millones que tuvo que adquirir el Central, que a duras penas consiguió que el dólar termine el año en $ 3,08.
«Los dólares que estamos comprando vamos a utilizarlos para pagar deuda en moneda extranjera en los próximos meses», explicaron en los pasillos del Palacio de Hacienda. Cambió en ese sentido el enfoque de Economía, ya que la explicación para no colaborar en la compra de divisas era que el superávit fiscal se utilizaba para la cancelación de deuda nominada en pesos. Los fondos salen del superávit, pero también podría echarse mano al dinero de fondos fiduciarios que maneja el Estado y que también poseen recursos excedentes sin aplicación en determinados momentos del año.
Ahorro fiscal
El acuerdo al que llegaron Redrado y Miceli es que las compras serán continuas y promediarán los u$s 50 semanales, aunque podría superarse este nivel si la afluencia de divisas continúa siendo tan sostenida como en las primeras semanasdel año. Dependerá también del grado de ahorro fiscal que obtenga la Nación, que suele aumentar en abril y mayo.
La intervención de Hacienda puede resultar insuficiente si se considera el volumen diario que está adquiriendo el BCRA, pero -razonan en la autoridad monetaria-implican un claro giro respecto de lo que se dio en el segundo semestre de 2006. De hecho, en los primeros cuatro días del año el Central adquirió u$s 434 millones. Y la gran afluencia de divisas de exportadores e inversores lo obligó a comprar a razón de u$s 145 millones diarios el 2 y el 3 de enero.
Estos son otros aspectos para tener en cuenta de la estrategia para defender la cotización de la divisa:
La gran incógnita que plantea este nuevo esquema es si la renovada intervención del Tesoro alcanzará para sostener el dólar al menos en $ 3,10 o incluso elevarlo hasta valores más cercanos a $ 3,20 a fin de año. Este es, en realidad, el nivel que manejan en la Casa Rosada para tratar de que el tipo de cambio real no baje de manera muy rápida por culpa de la inflación.
El Banco Nación también colabora de manera fundamental para la política de sostener el dólar, aunque por otra vía. La entidad interviene cada vez más asiduamente en las licitaciones de Lebac, facilitando al Central las renovaciones semanales. Se estima que la institución ya tiene 25% del total de stock de títulos emitidos por el BCRA que superan los $ 40.000 millones.
El Central continúa con su política de fuerte absorción de pesos que se emiten para la compra de dólares. A la colocación de Nobac a tres años y el recupero adelantado de redescuentos (por una cancelación efectuada por el Banco Galicia) se sumó ahora una agresiva política de pases pasivos. Son operaciones de corto plazo (uno y siete días), por la cual el BCRA absorbe pesos de los bancos. Sólo desde inicios de 2007 consiguió tomar del mercado alrededor de $ 2.800 millones adicionales, lo que refleja el alto nivel de liquidez que existe hoy en el sistema financiero.
La abundancia de pesos que tienen los bancos sin aplicación asegura, además, que Redrado podrá continuar quitando pesos del mercado sin necesidad de aumentar las tasas de interés en los próximos meses.
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