«No hay problema en aportarles la plata ¿pero cómo, por medio de qué instrumento lo hacemos y a qué tasa?» Esta es la respuesta que vienen recogiendo los funcionarios de los ministerios de Economía y de Planificación que encabeza Julio De Vido, de parte de las AFJP, en los persistentes pedidos de financiamiento para obras de infraestructura.
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Las AFJP están interesadas en participar de la financiación de proyectos de obras públicas y así protegerse del encono del presidente Kirchner. Pero para que prospere cualquier iniciativa la clave pasa por la estructura del bono o fideicomiso a lanzar por el gobierno. Es que debe cumplir la reglamentación de la Comisión Nacional de Valores y de la Superintendencia de AFJP, fundamentalmente en lo referido a la calificación de riesgo para que sea apta para las AFJP.
Las trabas también pasan por la moneda de emisión y, en menor medida, por el rendimiento. Las AFJP quieren que o bien se trate de un bono en dólares o en pesos con cláusula de ajuste por inflación. Ninguna opción satisface al gobierno.
En la actualidad las AFJP tienen inversiones en bonos públicos, acciones locales y extranjeras, plazos fijos y fideicomisos que totalizan casi $ 73.000 millones. De modo que pretender que inviertan más de $ 7.000 millones, es a lo que aspiraría el gobierno, equivale a cerca de 10% del total. Nada despreciable, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte de las inversiones están en bonos y acciones, y que desprenderse de éstas, para invertir en la alternativa que pretenda el gobierno, podrían generar una baja en las cotizaciones.
De la mano del incremento del empleo y de los aumentos salariales nominales las AFJP están recaudando mensualmente cerca de $ 500 millones, unos $ 6.500 millones anuales (con aguinaldo). Vale aclarar que de la recaudación anual las AFJP pueden destinar a la inversión aproximadamente $ 4.500 millones,el resto es para pagar seguro de vida y comisiones.
Ahora bien, uno de los primeros obstáculos es que las AFJP no pueden invertir 100% de estos $ 4.500 millones en una sola opción, deben distribuirlos entre todas las existentes para respetar los límites máximos de inversión establecidos por la normativa.
Se puede especular con que las AFJP destinarán gran parte de la recaudación mensual a financiar obras públicas pero, más allá de disponer de los $ 3.000 millones que están colocados en plazos fijos (pero que vencen a lo largo de los próximos doce meses), resulta difícil aspirar a un montode $ 7.000 millones, salvo que se esté pensando en un flujo anual o bianual.
La carencia de instrumentos y de proyectos es tal que, por ejemplo, la AFJP estatal, que debe invertir no menos de 20% de su cartera en economías regionales vía plazos fijos o fideicomisos con asignación específica gestionados por el Banco Nación, en la actualidad sólo tiene $ 700 millones, apenas 35% del total.
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