28 de septiembre 2025 - 15:45

Sojeros de EEUU protestan contra Donald Trump por los aranceles: por qué Argentina y Brasil son los más beneficiados

Los productores de soja estadounidenses enfrentan su peor crisis en años y acusan a Trump por la guerra comercial que dejó a China fuera del mercado. Mientras crece la tensión en EEUU, Argentina y Brasil aprovechan la oportunidad y multiplican sus exportaciones hacia el gigante asiático.

Bessent deslizó mantener las retenciones en Argentina, para evitar pérdida de competitividad en EEUU. 

Bessent deslizó mantener las retenciones en Argentina, para evitar pérdida de competitividad en EEUU. 

El sector sojero estadounidense atraviesa una crisis sin precedentes tras la decisión de China de suspender sus compras en represalia a los aranceles proteccionistas impuestos por la administración de Donald Trump. Desde mayo, el gigante asiático —principal cliente del sector— no adquirió ni un solo cargamento y redireccionó sus compras hacia proveedores alternativos como Argentina y Brasil.

La medida golpeó de lleno a los agricultores norteamericanos: hasta el año pasado, China absorbía cerca de una cuarta parte de toda la soja producida en EEUU. En 2024, el país exportó soja por unos u$s24.500 millones, de los cuales más de u$s12.500 millones correspondieron a ventas a ese destino. En comparación, la Unión Europea —segundo mercado en importancia— importó apenas u$s2.450 millones.

“Esta es una alarma para nuestra industria”, advirtió Caleb Ragland, directivo de la Asociación Americana de la Soja, al señalar que el temor no se limita a la cosecha actual sino que pone en duda la sustentabilidad del negocio a largo plazo si no se recompone el vínculo comercial con Beijing.

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Granjeros los más afectados por las medidas arancelarias

Granjeros los más afectados por las medidas arancelarias

Aranceles y pérdida de competitividad

La administración de Xi Jinping impuso una tasa de hasta 34% a la soja estadounidense, encareciendo su precio frente a la producción sudamericana. La medida también alcanzó a otros cultivos estratégicos como sorgo, maíz y algodón. Para los productores de EE.UU., la consecuencia fue la pérdida de su mercado más rentable de exportación.

Jim Sutter, director ejecutivo del Consejo de Exportación de Soja de EEUU, expresó su preocupación: “Honestamente, me preocupa que se esté acabando el tiempo”, dijo, aludiendo a que la cosecha ya está en marcha sin un horizonte de resolución.

Pese a cuatro rondas de negociaciones bilaterales entre mayo y septiembre, el capítulo agrícola sigue sin avances. La Casa Blanca deslizó la posibilidad de un nuevo paquete de ayuda para compensar las pérdidas, similar al aplicado en la primera presidencia de Trump, con millonarias transferencias directas.

Sin embargo, buena parte de los productores rechazó esa alternativa. “No queremos pagos de ayuda, queremos trabajar. Lo peor que podríamos desear es una limosna”, sostuvo Brian Warpup, agricultor de cuarta generación en Indiana.

Mientras los agricultores del cinturón sojero norteamericano presionan a la Casa Blanca, Argentina y Brasil se consolidan como los grandes beneficiados: ampliaron sus exportaciones de poroto y derivados de soja al mercado chino, en el marco de la estrategia de diversificación de proveedores de Beijing para garantizar su seguridad alimentaria.

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