Telefónica de Argentina informó ayer una decisión que despertará, sin dudas, alguna polémica: reducirá en 60% su capital accionario; el monto resultante de esta reducción, unos u$s 340 millones, se distribuirá en efectivo entre sus accionistas. El capital de Telefónica (TASA) es 98% del español Grupo Telefónica; el restante 2% flota en la Bolsa.
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La comunicación de esta operación llegó anoche a última hora a la autoridad bursátil; allí se informa que la empresa de comunicaciones reducirá su capital en $ 1.047 millones, pasando de los actuales $ 1.746 millones a $ 698 millones. Agrega que el valor nominal de sus acciones pasará de $ 1 a $ 0,10. Cada acción de un peso, entonces, será canjeada por cuatro de diez centavos; los restantes sesenta centavos por acción se pagarán en efectivo a esos accionistas.
En diálogo con este diario, Ramón Ponce Gil, director corporativo de Comunicaciones Externas de Telefónica, aseguró que «esta medida no afecta los planes de inversión ni la normal operación de nuestra empresa; de hecho ayer Standard & Poor's, tras conocer nuestra decisión, dejó sin cambios la calificación de Telefónica». El ejecutivo agregó que «en cualquier país una decisión como ésta se tomaría como algo natural: en la actual coyuntura nos parece más conveniente financiarnos no con el capital de los accionistas sino con otros medios, léase el flujo de fondos o incluso créditos tomados en el mercado financiero».
Interpretación
A pesar de lo que manifiesta el ejecutivo, no es tan habitual en los mercados internacionales que una empresa reduzca su capital a bastante menos de la mitad. Dado que una determinación de tal calibre podría leerse como una muestra de desconfianza en el mercado en el que se opera, no sería de extrañar que ésta haya sido anticipada al gobierno nacional junto con seguridades de que no se trata de desconfianza sino de apenas la búsqueda de una «mejor estructura financiera».
Ponce Gil no aclaró cuál será el destino último de los fondos: los mencionados u$s 340 millones podrían terminar tanto como un activo del Grupo Telefónica como en los bolsillos de sus accionistas en todo el planeta, bajo la forma de una utilidad extraordinaria del ejercicio 2006/7.
El vocero de la operación insistió: «No podemos parar de invertir porque de otro modo no podríamos seguir compitiendoen este negocio», y recordóque hace diez días la empresaanunció su voluntad de llegar al millón de abonados a su servicio de provisión de Internet por banda ancha Speedy. También dijo que el plan de inversiones anunciado por el CEO mundial de Telefónica, César Alierta, a Néstor Kirchner en 2003, por unos u$s 700 millones, se cumplió «en su totalidad un año antes de lo previsto. Este año Telefónica invertirá $ 1.000 millones; estimamos que esa cifra se incrementará 20% en 2007».
Además, Ponce Gil descartó que la empresa vaya a emitir deuda y ofrecerla al mercado para financiar esas inversiones. S.D.
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