27 de mayo 2022 - 00:00

Insumos: preocupan precios y oferta

Tema retenciones genera más inestabilidad. Igual, nuevos funcionarios de Comercio. Falta agua para la siembra. Otra ola de frío. Sigue falta de gas oil para cosecha y temen lo mismo con los fertilizantes.

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… que, mientras se mantienen las condiciones de seca en buena parte de la Pampa Húmeda, que favorece el adelanto de la cosecha gruesa, la falta de agua ya está demorando la siembra de trigo y cebada, lo que aumenta la inquietud de los productores por definir el programa de producción. De hecho, algunas lluvias de estos días mejoraron parcialmente la situación, aunque se reconoce que hay agua en buena parte del perfil, pero no es suficiente en la superficie para el arranque de las semillas.

Por otra parte, algunas regiones como el norte y noroeste bonaerense, mantienen extensos anegamientos debido a la falta de completamiento de las obras de infraestructura para favorecer el escurrimiento. Así, mientras los meteorólogos continúan hablando de “Niña (seca), o neutro”, la realidad es que está faltando agua de superficie para poder avanzar en las siembras de los granos finos. Este es el primer dato que sigue frenando la posibilidad de crecimiento en el área del trigo, a pesar de los muy buenos precios internacionales, pero no es el único. El mantenimiento de limitaciones en la oferta del estratégico gas oil y, especialmente, los rumores oficiales sobre más retenciones, inciden directamente en la intención de siembra de los productores, aunque pocos creen que efectivamente se pueda implementar una suba, y el propio titular de Agricultura, Julián Domínguez, lo desmienta.

Sin embargo, hay dudas sobre que otras formas de captación de fondos pueden intentar implementar desde el Gobierno, incluyendo el cierre de las exportaciones, o la profundización de las restricciones comerciales. De ahí, la expectativa de crecimiento de cultivos alternativos como cebada, colza, o lino, entre otros, menos estratégicos que el trigo en el mercado interno.

… que los datos económicos también son contundentes ya que, a pesar de las cotizaciones, los resultados del cultivo siguen siendo ajustados al ubicarse ahora los costos directos entre u$s650 y u$s750 por hectárea (la cebada promedia unos u$s100 menos por ha.) lo que ubica los rindes de indiferencia para el trigo entre 25 y 28 quintales por hectárea, debido al fuerte aumento de algunos insumos como ciertos agroquímicos (por ejemplo el glifosato alrededor de +80%) y fertilizantes que tras un incremento de cerca de 100% respecto al año pasado, ahora están reacomodando un tanto sus valores, por lo que comienzan a mejorar las relaciones de precios).

En este caso, sin embargo, más aún que los precios, inquieta la estabilidad de la oferta, debido a las restricciones a las divisas que impone el Banco Central para sus autorizaciones de importación, ya que en lugar de tomar los volúmenes de entonces, toma los montos totales del año pasado, cuando los fertilizantes valían la mitad o menos. “Lo que ya está en el país debería alcanzar para el trigo de esta campaña”, tratan de tranquilizar desde Fertilizar. Sin embargo, la inquietud sobrevuela a empresas y productores que hoy no podrían garantizar qué puede suceder con la gruesa si el Banco Central no “flexibiliza” el acceso a los dólares para importar. “El peor negocio es hacer trigo barato, con poco nitrógeno (N)”, señalan los técnicos, que saben que “hay que fertilizar más”, y que “muchos suelos presentan déficits importantes de fósforo (P) , única forma de ir achicando la brecha de rendimiento. Sin embargo, tras los 5,7 millones de toneladas de utilización de fertilizantes de la última campaña (apenas algo más del 1% del total del comercio mundial de este producto), las cifras podrían caer en la actual 22/23, debido a los factores anteriores.

… que también el incremento de muchos arrendamientos en 2-3 quintales por hectárea, o la (previsible) falta de semilla de girasol, entre otras cuestiones, está complicando el desenvolvimiento de una campaña que debería ser extraordinaria en función de los valores internacionales. Según el “semáforo” de Coninagro del mes pasado, sobre 19 actividades extrapampeanas, casi el 65% se encuentran en situación crítica, o con signos de alerta, mientras que solo una, la forestación se muestra en crecimiento debido a buenos precios y exportaciones dinámicas.

De acuerdo al relajamiento, la principal inquietud se centra el aumento de los costos, la incertidumbre interna, y la inestabilidad de los mercados. Entre las más graves aparecen el arroz, cítricos, maní, la papa y las peras y manzanas que, entre otras cosas, fueron muy afectadas por la guerra del Mar Negro que comenzó en febrero pasado, ya que el 30 % de las exportaciones locales de pera iban a Rusia, actividad que recién ahora se está reiniciado muy lentamente.

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