En realidad no tiene demasiada importancia cuántos lunes arrancaron con alguna merma de cierta magnitud durante el corriente año. Lo importante es que semana tras semana, la regla parece ser que el cierre de los viernes es inferior al arranque de los lunes. Sin duda que en las próximas cuatro ruedas el mercado puede recuperar 2,17% que perdió el Promedio Industrial al cerrar en 9.709,79 puntos, o el 3,29% que cedió el NASDAQ, pero no hay que olvidar que la probabilidad de que en cambio se incremente el descenso, es al menos igual. Con el inicio de la temporada estival, aunque sea ahora hay una explicación con algún sentido al porqué de los bajos volúmenes negociados, mucha gente está de vacaciones. Tal vez como queriendo agregar insulto a la ofensa, el mercado otra vez, como tantas anteriores, arrancó con una ligera suba que llevó a que las blue chips ganaran 0,61% y los papeles tecnológicos 0,35%. No importa demasiado las causas de la mejora, tampoco el cúmulo de motivos para la baja, basta decir que lo peor pasó por las biotecnológicas que retrocedieron en promedio 5,7%, las empresas de semiconductores que cedieron 5,2%, gasíferas, empresas de servicios petroleros, etc. Si bien los bonos del Tesoro treparon (reflejando con la merma de la tasa de 10 años a 5,01% la búsqueda de inversiones más seguras por parte de los inversores), la nueva caída del dólar frente al yen que trepó a 123,61 por billete norteamericano y frente al euro que cerró en 93,98 centavos de dólar, fueron una clara señal del malhumor de los inversores.
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No importa si la causa es Tyco, Adelphia, Enron, Palestina e Israel, Pakistán e India o lo que sea. Lo cierto es que el mercado sigue sin encontrar motivos reales para una suba. Informate más
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