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300
«¿Ah, sí? No lo sabía».
Desde su debut, el 7 de abril de 1997 jugando para Huracán (le ganó a Vélez 3 a 1), Daniel Gastón Montenegro pasó por otros seis equipos: Olympique de Marsella, Independiente, Zaragoza, Osasuna, River y Saturn de Rusia. Ahora, su presente lo encuentra nuevamente en el club de Avellaneda, como referente de la última década y goleador del club del siglo XXI.
Sin embargo, el «Rolfi» no llega a su batalla 300 como él quisiera, porque Independiente no consigue una línea de juego definida y, además, los resultados no lo acompañan.
A todo esto se agregan los cuestionamientos y las presiones por parte de la barra brava y el distanciamiento entre jugadores y la dirigencia
Periodista: ¿Sentís que por ser capitán y referente del equipo se te presiona demasiado con el tema de la elaboración del juego?
Daniel Montenegro: Seguramente que sí. A mí como a los más grandes, pero éste es un plantel y tenemos en claro que de este mal momento salimos tirando todos juntos para adelante.
P.: ¿Cómo hacés para sacarles la presión a los más jóvenes?
D.M.: ¿Yo? Ellos mismos se tienen que sacar la presión. Nosotros los podemos aconsejar. La otra vez lo hablamos con «Patito» Rodríguez y le dijimos que se tiene que divertir, que esto es un juego y que lo tiene que disfrutar. Esa es la única manera en que se les puede sacar la presión.
P.: ¿Quién llega mejor a este clásico?
D.M.: Nosotros, porque tenemos un punto (risas). No pasa por quién llega mejor o peor, sino que este partido nos sirva como una inyección anímica para el futuro.
P.: ¿Lo único que sirve es ganar?
D.M.: Sí, ganar y hacer un buen partido. No sirve de nada ganar y no dejar una buena imagen para poder afrontar con tranquilidad lo que queda. Nosotros no estamos desesperados. Van dos fechas y queda mucho por delante. Quizás tenemos la necesidad de cambiar la imagen y tal vez eso lleva a pensar que es desesperación. Pero no es eso.
P.: Los últimos cuatro clásicos fueron empates y hay un rumor que se volvió a instalar...
D.M.: Uyyy, otra vez lo mismo. De parte nuestra, no. Eso lo dirán otros. Es fácil, siempre se dice que cuando dos equipos andan mal, arreglan el empate para irse felices a sus casas. Yo quiero siempre salir a ganar. Qué garantía me da que si se empata los dos técnicos siguen...
P.: ¿Pudieron mentalizarse en el clásico con todo lo que pasó con la barra brava?
D.M.: Sí, eso ya pasó, tuvimos una semana tranquila, pensando en el partido ante Racing. La presencia de las barras bravas son momentos y circunstancias a los que ningún equipo está ajeno. Esa es la realidad del fútbol. Hay que estar preparado para todo.
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