- ámbito
- Edición Impresa
Amplió Massa la ventaja en Bs. As. y el kirchnerismo mantiene primera minoría
El Gobierno logró esta vez retener el lugar de primera minoría y el manejo del quórum tanto en Diputados como en el Senado. Es cierto que ese equilibrio se volverá inestable ya que los márgenes en las dos cámaras son menores.
En Diputados el oficialismo ganó 8 bancas pero, como había adelantado este diario, habrá mermas en sus aliados. El saldo es que el kirchnerismo estará justo con el quórum rondando los 130 diputados.
No es novedad que el Frente para la Victoria perdió el quórum propio hace tiempo, tanto en Diputados como en el Senado. Todas las votaciones siguen curso feliz para la Casa Rosada gracias a los bloques aliados.
La diferencia en esta elección es que el kirchnerismo subió el número en sus bloques, pero bajaron las bancas de esos aliados. De ahí el equilibrio inestable que se volvió a generar ayer en las urnas.
El resultado del país le dio al Frente para la Victoria 47 bancas en Diputados. Representan el mismo número que puso en juego.
La oposición se quedó también con las 80 bancas que arriesgaba, otra explicación para entender por qué el resultado pareció no alterar el status quo.
Dentro de la reasignación de bancas, la UCR salió triunfante: pasará, con aliados, de las 40 que mantenía hasta ahora a 53, el Frente Renovador y aliados llegará a 19 y el PRO rondará las 20.
Reflejo
Hay un dato que no puede olvidarse para entender por qué en los números de la elección de ayer, en la que el kirchnerismo tuvo derrotas importantes en distritos clave, no se vio reflejada en la misma proporción en baja de bancas en los recintos.
En la elección de 2009 el oficialismo perdió el quórum tanto en el Senado como en Diputados. Ese año había puesto en riesgo los legisladores logrados en la elección de 2005, una de las mejores del kirchnerismo.
El impacto de la derrota ese año fue más fuerte, entonces, por la cantidad de bancas en juego. A la inversa, el triunfo de la oposición le rindió mucho más ya que eran pocas las bancas que se habían arriesgado en ese turno electoral.
En esta ocasión, el poco riesgo que supuso renovar las bancas de aquella elección perdida de 2009 salvó al kirchnerismo la posibilidad de retener al menos un inestable manejo de las cámaras. De otra forma todo hubiera sido peor.
Hoy el Gobierno explicará que en este comicio logró más votos a nivel nacional que en 2009, casi un punto y medio más. Pero es un incremento que no justifica las diferencias.
Sergio Massa logró en la provincia de Buenos Aires un triunfo suficiente como para asegurarse un bloque propio de 15 diputados ampliando a más del doble la diferencia con Martín Insaurralde que había logrado en las PASO.
El intendente de Lomas de Zamora también sumó votos, pero, al haber corrimiento de votos de Francisco de Narváez a Massa, la diferencia se incrementó. De Narváez quedó relegado a un cuarto puesto detrás de Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín.
Para el PRO fue una elección crucial. En la Capital ganó tanto en la categoría de Diputados, como para el Senado y legisladores locales. Lo hizo cuando hasta 24 horas antes se analizaba el riesgo de que Elisa Carrió, que volvió a tener una de sus mejores elecciones en la Ciudad, le complicara el camino a Sergio Bergman.
UNEN, de todas formas, renovó fuerzas en el Congreso y tuvo suficiente aire para sacarle a Daniel Filmus la banca porteña por la minoría en el Senado. Fernando Pino Solanas de la mano de Carrió, ingresa al Senado junto con Gabriela Michetti y Diego Santilli.
En Santa Fe, Hermes Binner logró triunfo y banca en alianza con el radicalismo. Y nace con ese resultado, que fue seguido por Miguel del Sel del PRO y Jorge Obeid del PJ, otra carrera presidencial aunque sin candidato confirmado. Es lo mismo que le sucederá a la UCR que, con el triunfo de Julio Cobos en Mendoza, también relanza la interna presidencial, en este caso con otro mendocino, Ernesto Sanz.
Dejá tu comentario